Una mujer te pregunta si te gusta bailar, cuando le interesas de verdad. Por una extraña razón el baile conjuga varios elementos sociales que hacen que una pareja funcione o no. En estos tiempos de batallas sonoras y rítmicas, el no saber bailar es deleznable.
Por ello muchas mujeres eligen a sus parejas durante un baile que se sincronice con sus preferencias.
Es de recordar que el baile desde tiempo atrás tuvo un sentido ritualístico. Algo que en esta tribu a la que llamamos sociedad no ha cambiado. ¿Qué puede ser mas ritualístico que sacar a bailar a una mujer?
Se debe tener cierto tipo de valentía en la autoestima para arriesgarse con una desconocida. Algo muy difícil en una sociedad muy guatemalteca. Porque no traemos en la etiqueta de ingredientes ese sabor para bailar. Algo muy la contrario de la mayoría de países latinoamericanos. Estos países donde la característica principal es el buen gusto por el baile y la pachanga.
Recordemos que Latinoamérica tiene la fama de ser bulliciosa y de gustos diversos por el bailoteo. Algo contrario a Guatemala en donde el baile no es más que una diversión efímera. Al contrario de nuestros vecinos países, donde existe una cultura del baile. Es una especie de catarsis eso bailar.
Ahora bien, el gusto por el buen bailar no se resume a retorcerse en una pista contagiado, tal cual enfermedad cerebral, por un ritmo excéntrico. Mucho menos cuando este ritmo no involucra un compás coherente. No, va más allá, el ritual de bailar es una especie de unión a través de la música en la psiquis del otro. Es seguir el camino que marca la pareja junto a sus movimientos. Algo que no entendemos por no tener esa cultura.
Este tipo de ritmo se alcanza con el tiempo, con comprender los ritmos variados que existen, además el saber bailar involucra conocer desde un buen jazz hasta un mambo.
En Guatemala hasta carecemos de ritmo para caminar. Somos seres opacos, sin ritmo y apáticos.
Lo curioso radica es que no siempre somos así. Claro que no, hay un momento que dejamos todas nuestras chamarras, todo nuestro pudor y nos lanzamos a una pista de baile. ¿Cómo? Con algunos buenos tragos.
El guatemalteco, carece de criterio para bailar, y lo sabe, por ello no se arriesga. Algo que acaba cuando puede culpar a alguien. Entonces culpa al trago por tanto “clavo” provocado en esa pista de baile. Ya con algunos, nos volvemos los señores y amos del baile.
Una mujer te pregunta si puedes bailar cuando quiere saber si encajan los dos. Te pregunta para saber si vale la pena.
Claro que, la excepción rompe la norma.
Muchos no sabemos bailar y es razonable, nunca vamos a bailes ni discotecas, esto nos hace inelegibles, no cotizados, por hablar en términos de mercado. No entramos en ese ritual social por conseguir pareja de ese modo. Un modo que aunque renovado, no deja de ser añejo.
Pero me divierte verlo desde el punto de vista sociológico. Montado en mi observatorio espacial moviéndome ritmo de Armostrong.
Angel Elías
Comentarios
ASI ANDA USTÉ, MAISTRO, AQUEL DIYA NO LE OÍA, ESE SU TELÉFONO SI QUE NO LA HACE, HAY LE ENCARGO, QUE SE CONSIGA BUENAS CHIVAS.
CHAU, MUCHOS SALUDOS DE LA TIERRA SIN LEY.