Enamoraos los unos a los otros
Aunque sea un poco difícil de creer en los últimos dos meses me he enamorado cinco veces. ¿Imposible? Desde mi punto de vista, no. En las recientes semanas he conocido a mujeres maravillosas que ciertamente no es difícil quedarse ilusionado con ellas. Por ello estos meses se han pasado rápido y sin contratiempos, teniendo en cuenta que me la he pasado medio idiotizado, entre chica y chica. El enamoramiento es un sinfín de ilusiones propias que al enfocarse o materializarse en una persona surge algo a lo que osamos por denominar como amor. Entonces en los últimos meses me he ilusionado con varias mujeres. No creo que esto tenga algo de malo, al contrario, me ha servido para ver correr los meses con mayor fluidez y sin preocupaciones, más allá de las que me puedan dar estas chicas. Esto viene a acotación porque quienes me conocen y me han visto con ellas, me preguntan si tenemos algo formal. Pero ¿Debemos tener algo formal? ¿Es necesario que una pareja que no es pareja tenga algo “formal” en esta sociedad? Es claro que en esta sociedad, por alguna extraña razón se etiqueta a todo lo que se ve. Si ven a personas (independientemente del sexo) tomadas de la mano, aducen que son novios.
Pero el enamoramiento es un estado emotivo pasajero, ese estado donde el tiempo es solo un suspiro. Y donde el espacio se reduce a una persona.
Esa temporalidad a la que llamamos enamoramiento, no es más que las ilusiones puestas en un solo lugar y tiempo. Las que enfocamos en una persona.
¿En realidad amamos o sólo buscamos el enamoramiento como excusa para querernos?
Es claro, que el querer es una forma muy discreta de amarnos. Ya que eso de amar sin interés, y exclusivamente a esa persona, es un cuento para dormir bebés.
Queremos a la persona, pero no la queremos a ella, exactamente. Sino queremos la imagen de nosotros que se refleja en ella. Porque no hace sentir distintos, especiales y talvez hasta vivos.
No amamos a la persona en sí, amamos nuestro reflejo en ella. Esto elevará más de alguna crítica, pero no me gusta idealizar un sentimiento que de por sí es idealista.
Me he enamorado en cinco ocasiones en menos de dos meses. Y me he desenamorado cuatro veces, en cuatro meses.
Si en realidad me he enamorado, pues, sí lo he hecho. Lo reconozco por ese estado cataléptico en el que se entra. Donde todo lo que hace la pareja es perfecto. Donde una contradicción de la perfección de ella, es una contradicción del mundo.
Luego, vienen los pies sobre la tierra. Acto valeroso, que pocos alcanzan. Se dan cuenta que sus parejas, son humanos. Que pueden errar, que la idealización de este ser era sólo una pantalla.
Allí parte el verdadero amor. En la aceptación del mundo tal cual es. Sin pintura rosa o armadura brillante. Entonces, logramos enfocarnos en la mortalidad a la que estamos sometidos. Porque somos seres humanos, con errores de programación y de fábrica. Y dejamos los castillos y las princesas en los cuentos duerme chicos.
Pero muchos, no logran llegar hasta aquí. Porque siguen amando esa imagen distorsionada de su ego, en el cuerpo de otra persona. Tratando de mantener ese ideal, excusándolo con el amor.
Para todo esto, se ven perfectos, y por tanto, sus parejas también. Viviendo falsamente felices en ese caos al que llaman jardín de las delicias.
Me he enamorado cinco veces, y he aterrizado en tierra cuatro veces ya. Cada vez que se cae, la próxima es menos dolorosa. Y se toma tanta práctica, que se hace hasta de forma acrobática.
Angel Elías
Aunque sea un poco difícil de creer en los últimos dos meses me he enamorado cinco veces. ¿Imposible? Desde mi punto de vista, no. En las recientes semanas he conocido a mujeres maravillosas que ciertamente no es difícil quedarse ilusionado con ellas. Por ello estos meses se han pasado rápido y sin contratiempos, teniendo en cuenta que me la he pasado medio idiotizado, entre chica y chica. El enamoramiento es un sinfín de ilusiones propias que al enfocarse o materializarse en una persona surge algo a lo que osamos por denominar como amor. Entonces en los últimos meses me he ilusionado con varias mujeres. No creo que esto tenga algo de malo, al contrario, me ha servido para ver correr los meses con mayor fluidez y sin preocupaciones, más allá de las que me puedan dar estas chicas. Esto viene a acotación porque quienes me conocen y me han visto con ellas, me preguntan si tenemos algo formal. Pero ¿Debemos tener algo formal? ¿Es necesario que una pareja que no es pareja tenga algo “formal” en esta sociedad? Es claro que en esta sociedad, por alguna extraña razón se etiqueta a todo lo que se ve. Si ven a personas (independientemente del sexo) tomadas de la mano, aducen que son novios.
Pero el enamoramiento es un estado emotivo pasajero, ese estado donde el tiempo es solo un suspiro. Y donde el espacio se reduce a una persona.
Esa temporalidad a la que llamamos enamoramiento, no es más que las ilusiones puestas en un solo lugar y tiempo. Las que enfocamos en una persona.
¿En realidad amamos o sólo buscamos el enamoramiento como excusa para querernos?
Es claro, que el querer es una forma muy discreta de amarnos. Ya que eso de amar sin interés, y exclusivamente a esa persona, es un cuento para dormir bebés.
Queremos a la persona, pero no la queremos a ella, exactamente. Sino queremos la imagen de nosotros que se refleja en ella. Porque no hace sentir distintos, especiales y talvez hasta vivos.
No amamos a la persona en sí, amamos nuestro reflejo en ella. Esto elevará más de alguna crítica, pero no me gusta idealizar un sentimiento que de por sí es idealista.
Me he enamorado en cinco ocasiones en menos de dos meses. Y me he desenamorado cuatro veces, en cuatro meses.
Si en realidad me he enamorado, pues, sí lo he hecho. Lo reconozco por ese estado cataléptico en el que se entra. Donde todo lo que hace la pareja es perfecto. Donde una contradicción de la perfección de ella, es una contradicción del mundo.
Luego, vienen los pies sobre la tierra. Acto valeroso, que pocos alcanzan. Se dan cuenta que sus parejas, son humanos. Que pueden errar, que la idealización de este ser era sólo una pantalla.
Allí parte el verdadero amor. En la aceptación del mundo tal cual es. Sin pintura rosa o armadura brillante. Entonces, logramos enfocarnos en la mortalidad a la que estamos sometidos. Porque somos seres humanos, con errores de programación y de fábrica. Y dejamos los castillos y las princesas en los cuentos duerme chicos.
Pero muchos, no logran llegar hasta aquí. Porque siguen amando esa imagen distorsionada de su ego, en el cuerpo de otra persona. Tratando de mantener ese ideal, excusándolo con el amor.
Para todo esto, se ven perfectos, y por tanto, sus parejas también. Viviendo falsamente felices en ese caos al que llaman jardín de las delicias.
Me he enamorado cinco veces, y he aterrizado en tierra cuatro veces ya. Cada vez que se cae, la próxima es menos dolorosa. Y se toma tanta práctica, que se hace hasta de forma acrobática.
Angel Elías
Comentarios
TA' BUENO, ASÍ SOMOS. PERO AÚN NO TE LO PERDONO.
ASÍ QUE, ¿QUERIAS CRÍTICA, NO?
PUES, SI, NO TE CREO NADA, Y QUE!!!
BUENO, ESO FUÉ PARA DESAHOGAR MI IRA INTERIOR HACIA LOS OLVIDADIZOS.
CHAU. CHAU. HASTA LA OTRA.