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Mostrando las entradas de mayo, 2006

La vida simple, rural se ve como un atraso.

Desde que tengo memoria he vivido en un ambiente rural. Y creo que lo seguiré haciendo. Aclaremos que cuando me refiero a rural, no aludo a la imagen que mucha gente tiene. Esa imagen distorsionada de incivilizado, alejado de modernidad y casi neodendertales, sino simplemente la vida que se lleva alejado de la urbe. Sucede que la gente de la urbanidad tiene una visión un poco folclórica y paternalista con la población rural. Claro, que las desigualdades sociales son evidentes entre la población urbana y rural, pero eso no es la causa de este escrito. Aunque en los últimos tiempos las clases sociales tienen un marcado diferencial en el área urbana. Sucede que pretenden disimularlo. Resulta que desde mi infancia he tenido la oportunidad de estar entre la ciudad y el campo, algo que no varía hasta estos días. Entonces he visto siempre a la ciudad como un lugar de visita, de paso. No como un lugar para vivir. No me agrada la idea del trasporte colectivo para, por ejemplo, ir a visitar a mi

El Código Da-n Brown

Este es un simple libro de ficción ligth que vendió mucho y que ahora tiene una película. Eso es todo. En resumidas cuentas ese puede ser un comentario certero y breve sobre le libro. Pero, la polémica radica en que este libro se basa en la vida y descendencia de un personaje muy significante en la vida del mundo occidente: Jesucristo. Mucha tinta ha corrido con respecto a la novela de Dan Brown, El Código Da Vinci, y mucha más tinta correrá estos días. Todo por el estreno de la película basada en el libro. Un libro que narra una intriga encabezada por la iglesia católica para ocultar a los descendientes de Jesucristo con María Magdalena. Ellos son protegidos por una especie de congregación denominada Priorato de Sión, quienes los han resguardado desde hace siglos, de los embates de la iglesia, ésta por conservar su posición de privilegios en el mundo. Realmente la novela de Brown tiene un tratamiento muy lineal en su escritura, por no decir deslizante. No existen cavernas dentro de la

Un texto atrasado y viejo

Con un poco de retraso. Sólo tres años, les presento un material que casi no expongo y fue el último que trabajé de este tipo. Eso ya tres años. Amigos ¿cómo se pasa el tiempo? VERANO abril 2003 El verano terminó y todo en la vida se vuelve a organizar; los estudios, el trabajo, el hogar. Cuando termina el verano se regresa con quemaduras en la piel, (signo de playa) moretes en el hombro, (signo de procesiones) o con lentes puestos (signo de borracheras) Para muchos regresar a la vida cotidiana o de nosotros los mortales, significa mucho esfuerzo, principalmente aquellos se pasaron toda la semana tumbados bajo el sol, para que luego se le vea la marca de bikini. Otros regresan contando sus increíbles historias a cerca de lo que les sucedió durantes sus vacaciones. Cuentan sus conectes, (generalmente edecanes de algún centro turístico) sus aventuras con los cuates, (por lo regular, puras borracheras y las cochinadas relacionadas con ellas) y no falta el que cuenta sus aventuras en el e

Transparencia de Alejandra

(Publicado en Revista La Ermita, Guatemala Oct.-Dic. 2005) Al abrir las páginas de este libro, no se encuentra olor a Flores en su interior, sino a Alejandra. El nuevo libro de Alejandra Flores, Transparencia del mal, nos inmiscuye en la mente de una mujer, donde el desamor y la desilusión por el mundo, donde las pasiones consumadas y fracasadas, ocupan en su mayoría, las páginas del libro. Alejandra nos toma de la mano y nos susurra o grita, según sea su pena, en el oído cada texto. Es increíble que este poemario llegue al punto de convencernos de lo cínico del mundo, con cada palabra y con esos versos certeros llenos de caótica verdad. Sentimos a una Alejandra desconsolada, solitaria y consciente. Consciente de que el amor no se arregla a palos y que no es justo que por ello ese mismo amor cobre cuentas no consumidas. Su poesía es sencilla, directa y esencial, no necesita juegos retóricos para dibujar sus angustias, no por ello dejan de tener un valor estético envidiable. Dice con po