Ir al contenido principal

Un niño que escribe


Cuando era niño, me fascinaba leer y jugar explorar. De allí, probablemente, devenga mi instinto de curiosidad. Aunque he de aceptar que eso de la exploración me provoca cierta ansiedad a lo desconocido, pero una vez dentro de aventura no dejo sentirme emocionado. Me gustaba crear historias con las figuritas inanimadas de plástico, cuando era niño, no sabía qué era la poesía, hasta que una niña me robó un beso. Luego de ello, conocí la poética, pero mucho tiempo después la comprendí. Siempre fui tímido, hasta la fecha no he logrado vencer ese grado de timidez.

Los libros preferidos eran los de ciencias naturales. Los que hablaban de astros y de un universo inimaginable. El tema por el pasado y el descubrimiento de la ciencia me mantenía del pendiente. De pequeño, nunca creí de todo lo que dictaban los maestros. También por ello fui un chico solitario, que se ponía a platicar con cualquiera; que se disgustaba por no ver la suficiente televisión.

Con el tiempo ese niño fue creciendo. El mismo que nunca se aprendió un poema completo, que no se supo nunca las tablas de multiplicar y el único fue castigado con salir a recreo por recitar todos los departamentos de Guatemala con sus cabeceras. Resulta que esa vez nadie dijo la tarea completa, a excepción de mí. Mientras todos se quedaron dentro del aula jugando, castigados, yo salí al recreo, sólo.

El tiempo ese individuo invaluable, que con sus heridas me recuerda las mías. Como la cicatriz que tengo por caerme de un jocotal. Ese mismo niño que de haberse metido a una pelea, nunca la hubiera ganado. Ni asestado un solo puñetazo. Y resolvía sus problemas negociando con argumentos que ni yo entendía. Enredo de palabras.

A estas alturas del campeonato, retrocedo y me veo inmerso en un problema de temporalidad. Ese niño nunca pensó escribir un verso, ni que tendría un blog que sería visto en Laos.

En esos lejanos ochentas y noventas, hay muchas almas que vagaban y que nunca pensé que ese recorrer de la vida me las toparía y que aprendería cómo vivir de ellas. Sin cientos de almas, que nunca supimos que seríamos amigos, compañeros o amantes. ¿Dónde se encontraba tanta gente en el momento de caer de mi primer árbol? ¿Estudiando? ¿Jugando a saltar la cuerda? ¿Viviendo en París? ¿En Berlín? ¿Londres? ¿San José? ¿Santiago? ¿Con un chupete en el parque central? ¿Jugando electrizado con los amigos de la cuadra? ¿Subiéndose al tobogán gigante del Hipódromo Norte?

Ahora, en este momento, cuando usted lee estas líneas. El mundo da un trastumbo más. Y muchas vidas se gestan para encontrarse con nosotros en esos intrincados caminos una vez más. Hasta ese entonces el pasado tiene sentido. Una construcción para formar lo que somos y lo que nos importa.

Un niño, que escribe, ahora frente al espejo trata de conectarse con tanta gente y las vidas que desconoce. Y de describir su vida poco a poco. Y que en esos años, afortunadamente, desconocía que su vida era un poco más allá de lo que podía ver.

Ángel Elías

Comentarios

WARATE dijo…
!HAY ANGEL! QUE TERNURA DE POST...
ME GUSTO... SABES YO TRATO DE MANTENER ESA NIÑA PARA LOGRAR ENTENDER A MI HIJO Y ESA INOCENCIA QUE TENEMOS DE NIÑOS, ES UNA LASTIMA QUE LA ECHEN A PERDER LOS ADUTLOS... !!ME GUSTO! :-)
Angel Elías dijo…
Gracias por la visita, Mich, no se cusndo perdimos al niño, ahora el juego es encontrarlo, talvez escondido en la alacena o n el ropero de la habitacion de la abuela.

un abrazo

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l

Crónica de amores efímeros.

Un mes de montaña rusa. No apto para cardíacos. Mucho menos para mí, añejo corazón. Desde noviembre las cosas cambiaron. Un mes que se perfilaba como normal toma un giro inesperado con una invitación, insospechada. Que al final terminó siendo el zarpazo final. Aunque en eso de los enamoramientos las cosas son así, un zarpazo en el momento menos esperado. Y luego nada, así de simple es la vida, un tumulto de arbitrariedades en contra de un longevo corazón y después el silencio. Y no es que quisiera una fiesta, sino que simplemente no me esperaba un silencio así. Espectral y sonámbulo, como programado. Ahora ella parte, sin más ni más. Y no voy a hacer nada por evitarlo. Nunca haría algo así. Porque somos vidas completamente distintas, separadas. Y desde el principio de los tiempos fue así. Que por alguna extraña razón hayamos coincidido en un espacio idéntico, no significa que nos perteneciéramos. Aunque todavía me sonrío en nuestro primer encuentro, donde su tibieza me conmocionó. Tení

Peor que el Desfile…

el ensayo. Nos encontramos a las puertas de la sonada o en este caso asonante, celebración de independencia en Guatemala. Lo peor que se tiene antes de esta celebración del 15 de septiembre es el ensayo de sus desfiles. Realmente nunca estuve de acuerdo con ese tipo de celebraciones, comenzando por la absurda idea de hacer caminar a estudiantes de todas las edades, bajo el abrazante sol de septiembre, solo para que los adultos los vean. ¿Se ha visto acaso entretenimiento más absurdo? Por otro lado el sonido de los redoblantes y bombos es simplemente fastidioso. Y su ensayo en los colegios e institutos es peor. Cerca de la casa, los chicos se han tomado la molestia de ensayar tarde con tarde. Alterando los nervios y la tranquilidad del bosquecillo cercano. A la casa estos días ya no llegan aves al patio. Actitud que yo también tomaría si pudiera alejarme de tanta contaminación auditiva. Desafortunadamente el guatemalteco no puede dejar de relacionar las fiestas patrias con los militares