En Guatemala las cosas no son como parecen. Los grados de desnutrición son severos. Y hasta crónicos. Muchas estadísticas demuestran que somos un país poco alimentado y por ende poco desarrollado. ¿En vías de desarrollo? Lo dudo. No hay que indagar mucho como para darse cuenta que no hay ni un indicio de desarrollo social o humano. Somos esa sociedad que se sumerge en la vorágine de consumo. Eso no es desarrollo. Contrario a lo que se cree un mall no es desarrollo, ni por asomo. Entonces somos esa sociedad endémica, medio desarrollada. Hay estudios que indican que la alimentación de los niños está carente de nutrientes, que los almuerzos de los guatemaltecos están llenos de chatarra. Que no contiene los nutrientes necesarios. Esto puede explicarse de cualquier manera. La más sencilla es el argumento económico. Y claro, en una sociedad donde no se vive, sino se sobrevive es un argumento sólido. Pero en realidad ¿Cuáles son las consecuencias?
Me temo que una mala alimentación provoca un desarrollo un tanto rezagado de la capacidad intelectual de cualquier ser humano. La alimentación está altamente relacionada con la capacidad de resolver problemas, con la inteligencia. Entonces ¿podemos decir que somos una sociedad mentalmente enferma? ¿Mentalmente retrasada?
Puede que me equivoque y espero que sea así. No puede ser que agreguemos a nuestra extensa lista de carencias una más, la falta de inteligencia.
Aunque conversar muchas veces con amigos no desestimula mucho esta teoría. Es un tanto difícil mantener una conversación seria e inteligente a la vez con muchos amigos. Los pensamientos no pasan más allá de música, autos y dinero. Realmente no hay mucho estímulo.
Y luego nos detenemos a escuchar otra conversación y nos topamos con frases frías, vacuas y sin sentido. Donde el vocabulario no rebasa más allá de 25 palabras. Y el tema simplemente raya en lo estúpido.
Otras veces es preferible quedarse callado y sonreírse con cada tontería que disparan a diestra y siniestra, con todo y tartamudeos. Esto gracias a la incapacidad de coordinar la lengua y el cerebro.
Puede que me equivoque pero el guatemalteco tiene un problema mental, unos más profundos que los otros. Lo atribuyo a la desnutrición crónica sufrida durante su crecimiento. Aunado a ello, una anemia endémica, y desinterés por dejar la condición. Cuya cura espanta a más de alguno. Los libros.
El retraso mental de muchos conciudadanos, y hablo de cualquier esfera, se supera con una dosis diaria de lectura. Estamos raquíticos. Estamos al filo de la muerte cerebral. Lastimosamente se cree que es mejor morir feliz en su pantanosa fantasía, que tomar un libro. Eso porque ¡ala, que hueva, pues!
Ángel Elías
Comentarios
Y creo que la cosa va más allá de solamente mantener conversaciones que giren en torno a temas triviales como dinero, autos música y eso que decís, eso no sería problema si pudieramos hablar de otras temas. Esa desnuctición intelectual de la que hablás provoca que seamos una sociedad apática, acrítica, irresponsable por dejadez mental. Y lo más triste del caso es que se da en esferas en las que uno esperaría encontrar más temas, en la Universidad por ejemplo, pero ni ahí, como bien lo describe Andrés Zepeda en su columna del viernes.