Ir al contenido principal

Textos Zip XVII



-->
Algo pasó para encontrarse. Nadie sabe exactamente, pero la fragilidad del tiempo y el espacio se confabularon para el encuentro. En todo ese desorden universal, en la entropía y el caos todo por un momento fue perfecto. ¿Algo mejor que cruzarse las miradas en aquella parada? Un beso al despedirse en el autobús.
****
Y luego un amanecer que no parecía importante. Unos cuantos panes para la merienda dentro de una lonchera. Un café para desayunar. Un yogurt. Una torta de huevo. Un vaso de leche tibia antes de salir al trabajo. Él sale en bicicleta a trabajar, ella por momentos se angustia por la salida atrasada del bus y mejor toma un taxi. Ambos en algún lugar de la ciudad que conocen y donde no se han encontrado. Cada uno toma la vida por separado.
****
Nadie lo sabía pero ella se había enamorado de sus canciones. Y cada vez que las escuchaba en la radio se quedaba callada escuchando su voz. Ya eran 30 años desde que salieron juntos de estudiar y ya no se habían visto. Ella por un lado lo veía a cada rato, en los posters que coleccionaba, en sus discos, en recortes de prensa. Él no sabía que una admiradora estaba enamorada de él. Esa noche la televisión anunció la muerte de un cantante famoso. Hubo duelo nacional.
***
¿Dónde estas? Todos sabemos que llevamos años de errores, de amores malogrados, de todo aquello que alguna vez nos desesperó. Pero al volver a los años, a los meses felices y a las horas de asfixia, sabemos que algo quedó pendiente…
***
Aquella canción les recordaba el tiempo que se quisieron. Ella en Tokio y él en Rio de Janeiro. Rafael en Madrid y Dinora en México. Méndez en Buenos Aires y Linares en Ontario. Corazoncito de canario en San Salvador y Cielo de alboroto en Paris. Una guatemalteca enciende el radio y una canción le recuerda que su corazón está, según ella, lejos.
****
Somos ese futuro inalcanzable. Inalcanzable futuro que somos. ¿Qué somos, inalcanzable futuro? El orden de nuestra vida puede alterarnos. Y devolvernos lentamente lo que perdimos
***
“Ambos sabemos que las despedidas nos disgustan. Nos gustan los chocolates, la película de Casa Blanca, la música, los poemas, las frutas en miel, los atardeceres pintados en el cielo, las lluvias de invierno, las cosas sencillas, las cosquillas en la barriga. Los “peeros, los entoonces”. Los boleros sin fin. Ambos sabemos que las despedidas no nos gustan, a-diós, amor mío.” Y envió la carta con una respuesta que no regresa.
Ángel Elías

Comentarios

Asminda dijo…
Excelente!! Me fascinó...
angel elias dijo…
rGracias... tu visita siempre es agradable

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l

Crónica de amores efímeros.

Un mes de montaña rusa. No apto para cardíacos. Mucho menos para mí, añejo corazón. Desde noviembre las cosas cambiaron. Un mes que se perfilaba como normal toma un giro inesperado con una invitación, insospechada. Que al final terminó siendo el zarpazo final. Aunque en eso de los enamoramientos las cosas son así, un zarpazo en el momento menos esperado. Y luego nada, así de simple es la vida, un tumulto de arbitrariedades en contra de un longevo corazón y después el silencio. Y no es que quisiera una fiesta, sino que simplemente no me esperaba un silencio así. Espectral y sonámbulo, como programado. Ahora ella parte, sin más ni más. Y no voy a hacer nada por evitarlo. Nunca haría algo así. Porque somos vidas completamente distintas, separadas. Y desde el principio de los tiempos fue así. Que por alguna extraña razón hayamos coincidido en un espacio idéntico, no significa que nos perteneciéramos. Aunque todavía me sonrío en nuestro primer encuentro, donde su tibieza me conmocionó. Tení

Peor que el Desfile…

el ensayo. Nos encontramos a las puertas de la sonada o en este caso asonante, celebración de independencia en Guatemala. Lo peor que se tiene antes de esta celebración del 15 de septiembre es el ensayo de sus desfiles. Realmente nunca estuve de acuerdo con ese tipo de celebraciones, comenzando por la absurda idea de hacer caminar a estudiantes de todas las edades, bajo el abrazante sol de septiembre, solo para que los adultos los vean. ¿Se ha visto acaso entretenimiento más absurdo? Por otro lado el sonido de los redoblantes y bombos es simplemente fastidioso. Y su ensayo en los colegios e institutos es peor. Cerca de la casa, los chicos se han tomado la molestia de ensayar tarde con tarde. Alterando los nervios y la tranquilidad del bosquecillo cercano. A la casa estos días ya no llegan aves al patio. Actitud que yo también tomaría si pudiera alejarme de tanta contaminación auditiva. Desafortunadamente el guatemalteco no puede dejar de relacionar las fiestas patrias con los militares