Ir al contenido principal

Textos Zip XVIII


-->
Esa tarde entraste con tu sonrisa, la que recuerdo. Te sentaste, te acomodaste el cabello, pediste el té frío (el que compartimos). Y esperas. El reloj avanza. Todo avanza. Tú avanzas. Yo del otro lado de aquel lugar. Donde no me ves. Donde nadie me ve. Todos pasan. Quitan las sillas de mi mesa. ¿Esta ocupada?, llévesela, no espero a nadie.
El reloj se acelera y todo pasa. Nada se mantiene. Solo recuerdos. Del mismo lugar, del mismo té, del mismo olor. Un año antes son muchos días acumulados en el calendario.
********
¿Sabes? Te extraño como se extrañan los atardeceres. Inexplicablemente te enamoras de alguno y lo recuerdas de por vida.
*******
Ese amor fue descrito desde tiempos bíblicos. Creado de un edén lleno de frutos, que proporcionaban la felicidad. Prohibido en algunos casos. ¿Por qué buscamos ese fruto prohibido a riesgo de salir de ese nirvana? Luego, el destierro. El conseguir la felicidad con el sudor de tu frente. El primer homicidio, las esperanzas de volver. Después de ellos todos fueron malos. Adoraron amores paganos. Y cayó entonces el diluvio que destruyó todo lo que quedaba de nosotros. Nuestro amor, nuestros grandes recuerdos. Todo quedó bajo kilómetros de agua. En algún día posterior. El sol salió. Y el agua bajó. Descubriéndonos que podemos volver a amar. Alguien nos dice, (¿nos miente, nos ilusiona?) que todo lo anterior no volverá a pasar, que nuestro mundo no será de nuevo destruido.
*******
Con esa frase me heriste. Cortante, fría pero muy cierta. Como esos golpes que no te esperas. Directo. No salió sangre. Esa se acabó hace mucho.
*******
Yo te imagino a ti con otro, con otros.
Verbos, pronombres, artículos, adjetivos… y por qué no, adverbios…
*******
Quiero callar… La ausencia de sonidos dice mucho… los sonidos son los ratones de la casa… los ratones de la casa no quieren fiesta… la casa te extraña como todos… el extraño ha entrado al cuadro donde no pertenezco… ese extraño lleva ahora mi nombre… y el tuyo ¿Quién lo lleva ahora?
******
Fantasías de ayer y para siempre… cansadas de presentar el mismo espectáculo.
Ángel Elías

Comentarios

Asminda dijo…
Esos tus textos Zip tienen mucho que descomprimir...
-"Por qué buscamos ese fruto prohibido a riesgo de salir de ese nirvana?" Yo también me lo pregunto.

-Hay que ser optimista y talvez sólo sea un antónimo disfrasado de sinónimo, no hay que perder la esperanza :)
Angel Elías dijo…
Asminda: De eso se tratan los Zip un conjunto sentimientos que que se descomprimen...

No se por qué buscamos ese fruto que tanto nos gusta. El optimismo... ahh palabra tan fácil de escribir.
O-P-T-I-M-I-S-M-O

Un abrazo y gracias por la visita...
Engler dijo…
el nirvana es pasajero, temporal... un nirvana interminable es además contradictorio... por eso la intensidad de un fruto prohibido es lo que es... no importa que después venga el diluvio, si este es intenso es señal clara de que valió la pena la búsqueda de tal fruto...
Angel Elías dijo…
Engler: ja! ya ves, cayó el diluvio. ja! y qué diluvio

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l

Crónica de amores efímeros.

Un mes de montaña rusa. No apto para cardíacos. Mucho menos para mí, añejo corazón. Desde noviembre las cosas cambiaron. Un mes que se perfilaba como normal toma un giro inesperado con una invitación, insospechada. Que al final terminó siendo el zarpazo final. Aunque en eso de los enamoramientos las cosas son así, un zarpazo en el momento menos esperado. Y luego nada, así de simple es la vida, un tumulto de arbitrariedades en contra de un longevo corazón y después el silencio. Y no es que quisiera una fiesta, sino que simplemente no me esperaba un silencio así. Espectral y sonámbulo, como programado. Ahora ella parte, sin más ni más. Y no voy a hacer nada por evitarlo. Nunca haría algo así. Porque somos vidas completamente distintas, separadas. Y desde el principio de los tiempos fue así. Que por alguna extraña razón hayamos coincidido en un espacio idéntico, no significa que nos perteneciéramos. Aunque todavía me sonrío en nuestro primer encuentro, donde su tibieza me conmocionó. Tení

Peor que el Desfile…

el ensayo. Nos encontramos a las puertas de la sonada o en este caso asonante, celebración de independencia en Guatemala. Lo peor que se tiene antes de esta celebración del 15 de septiembre es el ensayo de sus desfiles. Realmente nunca estuve de acuerdo con ese tipo de celebraciones, comenzando por la absurda idea de hacer caminar a estudiantes de todas las edades, bajo el abrazante sol de septiembre, solo para que los adultos los vean. ¿Se ha visto acaso entretenimiento más absurdo? Por otro lado el sonido de los redoblantes y bombos es simplemente fastidioso. Y su ensayo en los colegios e institutos es peor. Cerca de la casa, los chicos se han tomado la molestia de ensayar tarde con tarde. Alterando los nervios y la tranquilidad del bosquecillo cercano. A la casa estos días ya no llegan aves al patio. Actitud que yo también tomaría si pudiera alejarme de tanta contaminación auditiva. Desafortunadamente el guatemalteco no puede dejar de relacionar las fiestas patrias con los militares