Diego Rivera
Y no es que carezcamos de un aspecto positivo en el país, pero sucede que éste es inmediatamente soterrado ante una avalancha de malas noticias y desalentadoras opciones. Lo digo ya que en Guatemala pareciera que las cosas se hacen con los píes y dormidos. En 1954, gracias a Castillo Armas un proceso democrático fue truncado y sufrimos las consecuencias de ese momento. Hemos avanzado tan poco en materia educativa o de salud que aun estamos estancados en la década de los 80’s.
Tenemos el peor índice de desarrollo humano de Latinoamérica, según el último análisis del PNUD. El crecimiento de la población y la poca capacidad estatal de cubrir las necesidades hace de este país, un lugar de carencias. A ello la ceguera de los gobernantes de turno. Que desde esa época, han sido asesinos, vándalos, ignorantes, perturbados mentales y fanáticos religiosos. Hemos sido expertos en elegir a los peores.
Entonces el guatemalteco anda narcotizado para no percatarse de las graves carencias de este país. Para no fijarse que el país se cae a pedazos. Con la intencionalidad puesta en estar atento a que uno de esos pedazos no le caiga encima. En este país de la eterna tiranía, las cosas poco se han arreglado desde hace 50 años.
Revisando las cosas de mi abuelita fallecida, encontré una foto del ex presidente liberacionista Carlos Castillo Armas, ya que ella trabajó, en la casa de este señor. Según parece el coronel Castillo le regaló una foto de recuerdo cuando dejó el trabajo. Al ver aquella foto, me viene a la mente todo el atraso provocado por ese lapso de la historia. Fue como un momento medular de la historia guatemalteca. Donde el país se estancó durante 40 años, provocando una guerra que costó miles de vidas, persecución a poblaciones indígenas y miles de huérfanos. En 1954 fue cuando los Estados Unidos apoyó a los intereses de la United Fruit Company y sus financistas, empujaron a Castillo a derrocar a Arbenz, culpándolo de una comunista reforma agraria.
Ya de eso han pasado 56 años. Y las cosas en Guatemala han cambiado levemente. Ahora vemos liberacionistas trasnochados, que tratan de verter otra dosis de terror y autoritarismo en el país. La campaña de Arzú, Dios Patria y Libertad, no es más que revivir el lema del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) que encabezó Castillo Armas, y que nos devuelve a la memoria esos años de atraso y represión vivida. Y es que las generaciones nuevas no saben nada de ello. Son generaciones que ignoran en qué país viven y qué tipo de nación les han dejado. Porque el sistema educativo pretende que seamos un cúmulo de firmas y votos válidos para cada cuatro años. Y nada más.
Me causa desesperanza este país donde los fantasmas del pasado reviven disfrazada y lentamente. Donde el lema Dios, Patria y Libertad, sea utilizado como campaña mediática, y que las generaciones no logren relacionarlo con la parte oscura de este país. ¡Claro! Eso no se enseña en la escuela. No se enseña, que este país se desangra lentamente, que durante años las cosas han funcionado beneficiando a una minoría económica dominante.
Y que a la larga, el lema del MLN, pueda que represente lo que verdaderamente es Guatemala, un monstro oscuro, ambicioso y sin escrúpulos.
Ángel Elías
Comentarios
Un abrazo.
El pesimista ya sabe que no se puede empeorar, el optimista sabe que siempre se puede estar un poquito peor. :D
Hay que darle, Angel.
Saludos
Koan: Hay dos tipos de personas, los que ven el vaso medio vacío o otras medio lleno... pero de veneno ja...
saludos