Libro: el acompañante ideal para noches solitarias, una
línea al día puede resolver la vida.
Poesía: es esa dama con quien nos reencontramos cada cierto
tiempo, que nos invita a bailar y nos recuerda que el tiempo no pasa por su
rostro.
Lluvia: nada mejor que ver la lluvia tras el ventanal. Admirar
cómo las gotas salpican y saltan en los tejados cercanos, se ven felices.
Lectura: pretendo leer tus ojos, jugar a que te entiendo.
El tiempo: será implacable con nosotros, no nos
recordaremos, seremos dos extraños que se diluyen en su memoria. Nada quedará
de nosotros, algunos retazos de lo que fuimos y a lo mejor un poco de
remordimiento.
Música: nos acompaña, nos deja bailar, nos regala una melodía
y un viaje por los recuerdos.
Tarea: hay muchas
cosas pendientes, robarte un beso, por ejemplo.
Tarde: fue calurosa la tarde que nos conocimos, como intenso
lo que vivimos, nuestra despedida fue igual de calurosa una vez, fría la
siguiente, soleada la siguiente, nuestras despedidas múltiples han sido tan
variables como el clima.
Espera: ¿qué nos espera, cariño? Un viaje hacia la noche.
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