Los lados B no son muy publicitados, aunque generalmente
gozan de la fama de buenos. La tarde comenzó con calor. Todas las tardes en
esta ciudad son así. Mucho sol, pocos lugares para refugiarse. Tenía que llegar
a tiempo. Empezaba algo nuevo. ¿Lectura? Leer en este país es de ingenuos. De
locos. Algo de loco tenemos los que pensamos que esa puede ser la solución de
este país. Tenía que llegar a FH para entender cosas raras que tiene el destino.
Al estar allí nadie se encuentra en aquel lugar. Algunas personas desconocidas.
MA, nuestro invitado se diluye en los jardines. Lo saludo. H, amigo, me
reprocha el llegar tarde.
¿Vendrá la prima? Dice… no, le digo, según parece
enfermó su mamá. La prima es una editora de libros que tenía que presentar a
MA. Lo tendremos que hacer solos. FH es sitio lleno de jardines. Una casa antañona, su dueño es
el tigre, bueno, por lo menos así llamamos.
El sol sigue abrasador y platico un
rato con MA, nuestro único invitado que llegó para pasar a la plática… la
lectura como fuente de democracia. Yo no hablo mierdas, dijo MA. Decí que lo
que tengas que decir, le decimos.
El lugar estaba solo un poco lleno. Un auditorio lleno de
almas, ausentes por supuesto. M, una escritora invitada, llama para disculparse.
No podrá llegar. Creo que las cosas no están saliendo como queríamos. Me toca
presentar a la gente en el escenario. Por este lado… MA, por el otro W. ¿nadie
mas? No, empecemos entonces.
Las cosas de siempre. Opiniones de la lectura, de la poesía,
de la importancia de leer en este país semialfabeto. Algunas opiniones. Otras
propuestas. Lagunas mentales. La gente parece que entiende. Por ratos parece
ser un ser que duerme y silencioso. Otras veces parece le importa. Claro, es
MA.
El calor merma un poco. Y la reunión se desliza como
serpiente. Rápida y casi silenciosa. Un bombardeo de preguntas a MA. Las
responde con soltura y sordidez. Las personas preguntas y se responden
interiormente. Todo es posible, la poesía pude arreglar el mundo, pienso por
momentos.
Claro, nosotros somos esa parte de la vida que compartimos
con la poesía. Claro nosotros somos esa parte inconclusa de un poema universal.
MA se cansa y dice…. Ya no más… me aburrí y se baja del escenario.
Todo fue aplauso y murmullo. Compren el tigre, compren el
tigre, alcanzo a decir. La gente se va, los invito a regresar a la siguiente
reunión.
Al trascurso de los minutos solo quedamos los mismos, los de
siempre. Despedimos a MA y esperamos que todo haya sido más que una
ilusión. Este país se arregla a punta de
poesía.
Juro que no la vi. Es un pesar que me llena de pánico.
Cuando pregunto todos los que ese día estuvieron dicen que estuvo allí. Yo
simplemente digo. Qué bien, la poesía puede sorprender en cualquier momento.
Continúa
Ángel Elías
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