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Mostrando las entradas de mayo, 2013

Apofonías XIV

Libro: ese acompañante nocturno de insomnios, que no te deja contar ovejas. Y compañero diurno que cuenta historias para no aburrirse en la vida. Redes sociales: una alimaña que come lentamente el cerebro. Cuando se visita asiduamente estas redes se logra ver como se escurre la vida frente a un computador sin que se pueda hacer nada. Es lo más horroroso que he sentido. Frío: es cuando dejas de acurrucar tus palabras en el corazón. Sueños: esos individuos que atacan de noche en el momento en el que menos protegidos estamos. Saltan a tu conciencia y la amordazan, dictan palabras para recordarlas al siguiente día. La advertencia de anoche fue: no olvides. Buses: un dinosaurios ruidoso lleno de óxido, fierros, humo negro que serpentea por la ciudad, tragando ciudadanos. Todos los dinosaurios rugen igual y algunos vomitan realidad. Billares: de estudiante me fugaba a jugar billar, comer helados y ver televisión. Era la única forma de entretenerme mientras mis amigos f

Las noches en San Salvador son calurosas

Estas calles invitan a recorrer la ciudad para encontrar un lugar para comer. No a comer pupusas, creo es un lugar común ir, comerlas y luego presumirlas. A unas calles de donde estoy hay un bar abierto. Muchos carros estacionados, una televisión encendida que nadie ve y nicaragüenses hablando en una mesa. En el televisor un partido del FAS (un equipo de futbol local) toma emoción al ritmo de la narración de un comentarista al que todas las jugadas le parecen emocionantes. “Bienvenidos al infierno”, dice una manta entre los aficionados que vestidos de rojo saltan al compás de una trompeta. Los nicas no dejan de hablar. Ellos comentan al mismo tiempo y gritan temas distintos, que se escuchan en todo el recinto. Eso sí, ríen al a destiempo algunas veces. Ya no escucho al narrador deportivo, solo puteadas. Es de noche y   estoy en un barrio residencial, clase media lujosa. Al mediodía caminé algunas cuadras y me topé con barrios marginales que tienen de vecin

Texto Zip XXXIII

Entonces aquellos amantes se vieron a los ojos donde únicamente encontraron sus almas desnudas. Lugar común para muchos poetas, pero sincero en ese momento para ellos. Llegaban de una noche donde se recorrieron con los labios. Sin caminos para el amor, se tomaron toda la velada para explorarse. Entonces, aquella mañana desayunaron besos en los labios del otro. El aroma de ella, sabía a café mañanero y sus palabras anunciaban las noticas, las únicas que él deseaba escuchar. Anunciaban un día lleno de amor. Ambos habían huido de los prejuicios, de los abismos del temor, entonces en aquel lejano lugar, por fin sintieron que las cosas funcionarían. Sin cuentas por pagar, sin jefes que arguyen órdenes, ni mundo que les dijera qué hacer. Se sintieron por fin felices para regocijarse. ********* -Sabes una cosa –le dijo ella esa noche. -¿Te parece si compartimos la luna?-. ******** Los recuerdos están hechos de retazos de aquello que de