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Mostrando las entradas de julio, 2013

Entre libros y amistad

La labor de escribir significa entregar lo poco o mucho que se tiene dentro del alma. Como desenredar ese rara y confusa telaraña que se tiene en la cabeza. Cuando inicié en la escritura pensaba que la publicación era el fin último de la literatura, ahora, a los años me doy cuenta que la publicación es lo que menos puede importar. Efectivamente, desde hace tiempo dejé la publicación de poemas o de textos porque simplemente mis escritos cumplen con la labor de quitarme de encima tanto murciélago que danza entre mis más oscuros miedos. Ese trabajo es por sí solo, una meta satisfactoria. La publicación de libros, no me quita el sueño, menos mis ganas de escribir. Es como un ejercicio mental constante que me hace sentir vivo, que me hace recrear mis ideas desde las más ingenuas hasta las más pesimistas. Es el juego de la literatura, enredarse en un raro complot de letras e ideas que inicialmente no tienen sentido, pero mientras más se avanza entre el las líneas est

La cola del dinosaurio

Los sueños se diluyen en algún lugar En ese momento, aquel sonido del viento parecía estremecer al mismo planeta. Llegamos a una aldea en el fin del mundo. Ella y yo contra todos los pronósticos estábamos juntos. A veces es difícil pensar que dos historias tan diferentes pudieran terminar tan unidas. No hay poder en el mundo que explique tal contradicción. ¿El amor? Muchas veces esa constante a la que llamamos amor no es más que un encuentro casual o causal de muchas emociones. Aquel sitio parecía desolado, una carretera de terracería atravesaba el poblado y el viento arremolinaba el polvo calcinado de las calles, piedras y polvo se quedaban en nuestros recuerdos. Todos los pobladores se refugiaban en sus casas, eran las cuatro de la tarde y aquella escena parecía balancearse entre una película de vaqueros y una antes del fin del mundo. Ella tenía los ojos llenos de cansancio por el viaje, pero a la vez rebosantes de esperanza. –es la consigna –me repetía a cada