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Mostrando las entradas de febrero, 2015

Retorno

Las noches son perfectas para escribir, no hay ni un solo sonido que perturbe la paz mundial. Y es  que con el tiempo se le toma un verdadero sentimiento de aprensión por el silencio. Ahora escribo desde una ventana que se ilumina tenuemente por la luz de la luna, al fondo se logran escuchar el sonido de los grillos y si se pone más atención, el sonido del viento. Hasta pareciera que en este país no pasa nada. La pasividad que provoca la vida de pueblo se resume a la intensidad de sus recuerdos. Con los años no he logrado separarme de este lugar, del pueblo en el cual muchas veces me caí y me lastimé las rodillas. La ruralidad de un sitio que al final que atrae, es como esa esencia que se logra entender con el tiempo y que solo se aprecia cuando se está lejos. Y se está lejos mucho tiempo, y se regresa, no como una adicción, sino como un lugar de refugio y de entendimiento. Todos deberíamos tener un sitio así. Entonces me siento en las noches frente al computador pa