La carretera serpentea todos los días la montaña y yo extraño pararme junto a la carretera a ver pasar los autos. Porque la vida es así de sencilla, un par de sonrisas y atardeceres deben ser suficientes para conocer el verdadero sentido de la vida, a veces es mejor sentarse a pensar que la vida sería mejor con un elote cocido en medio de la milpa o cerrando la llave de la casa a las 5 de la tarde, pero no siempre sucede. Ni siquiera en los más nobles sueños estamos conformes. La vida puede ser mejor.