Hace unas semanas una amiga comentaba sobre la picardía y la
perspicacia de la huelga de todos los dolores de la Usac, ciertamente me resumí
a decir que una serie de chistes absurdos que se basan en vocabularios soez y
chusco, no puede catalogarse como humor.
Y claro, alguna vez la huelga de dolores tuvo su momento de
gloria, pero desde hace algunos años esta
se ha perdido en la mayoría de presentaciones; ya que se resume a una serie de
chistes de mal gusto, llenos de estereotipos y exageraciones un humor extraño,
por no decir mal gusto. Claro, no es así todo, pero pareciera.
La huelga de dolores nació en plena dictadura del presidente
Estrada Cabrera, en la que participaron personalidades como Miguel Ángel Asturias
y fueron la voz que se alzaban en defensa del pueblo, algo que ahora dudo que
suceda.
En la actualidad, esa misión se ha vuelto un desfile que
tiene la facultad de fomentar estereotipos y trabas mentales en el
guatemalteco. ¿Qué no? ¿Qué, soy un exagerado? ¿Qué, soy un resentido que no
pudo entrar a la Usac? Bueno, ese es solo alguna de las taras mentales que tienen
algunos participantes de la huelga.
¿Cuál es el chiste de la caminata de la huelga? Muchas veces
vestir hombres de mujeres, como si la vestimenta femenina fuera motivo de mofa.
En una sociedad como esta, se dedican a fomentan arcaicos pensamientos hacia la
mujer, parece que sí, ojo feministas.
La huelga de dolores tiene casi la misma legitimidad que la
Usac, en la que los estudiantes organizan encuentros bacanales y barras show en
la academia, en la que, al mejor estilo de trogloditas, toman el cuerpo de la
mujer como un objeto sexual de entretenimiento. ¿En realidad es un orgullo
pertenecer a una organización, entiéndase comité de huela, que organiza este
tipo de vergüenzas? Que bueno hay mujeres dentro de estas organizaciones para
evitar que pasen estas cosas.
La huelga de dolores se ha convertido en un desfile triste,
de mal gusto y que exhibe la incapacidad que ha tenido, desde ya hace algunos
años, de la misma Usac para generar
estudiantes con criterio que formen parte de los cambios que la sociedad exige.
No existe un proceso de reflexión sobre el papel del
estudiante universitario –dentro de la huelga –sobre Guatemala entonces carece de un sustento
ideológico analítico que haga propuestas. Se queda en lo chabacano y de mal
gusto.
Creo que la huelga, si quiere ser una verdadera herramienta
de cambio en esta sociedad, debe hacerse miles de preguntas y resolverlas, la
primera de ella es saber si está realmente haciendo bien las cosas.
La Usac puede ser un excelente agente de cambio para una
sociedad que quiere ser diferente, pero con actitudes tan deplorables, como
muchas de las que tienen los huelgueros,
dudo que avancen hacia buen camino.
Ángel Elías
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