Ir al contenido principal

El Día de Guadalupe en Guatemala



Foto: www.revuemag.com

Yo no estoy de acuerdo con que vistan a niños con trajes indígenas para la fiesta de la Virgen de Guadalupe como tampoco me estoy de acuerdo con que me llamen chapín. 


Hay cosas que no se pueden cambiar, pero deberían. La celebración de la virgen de Guadalupe en Guatemala tiene sus particularidades. Todos los años se visten a los niños con trajes regionales guatemaltecos como un homenaje a la virgen y a Juan Diego, el indígena que supuestamente fue quien la vio en el cerro Tepeyac en México.


El uso del traje para esta celebración se le llama travestismo cultural, cambiar culturalmente para aparentar ser otro. Claro, este tipo de “cambio” solo es momentáneo y no lo hacen los adultos, solo los niños.


Los estereotipos fundados en este tipo de cambios  son evidentes. Las niñas salen vestidas como indígenas con diademas que llevan canastos con frutas en la cabeza, como si las mujeres indígenas solo pudieran llevar canastos para el mercado. Y los hombres se les pintan bigotes y barba, al mejor estilo de las películas mexicanas para aparentar una distancia prudente entre el ladinismo y lo que ellos consideran cultura indígena.


No tengo nada en contra de las tradiciones católicas, una vez esta no contenga alguna carga que clasifique, en este caso, a los indígenas bajo ciertos parámetros. El guatemalteco mantiene una distancia prudente con su pasado indígena, y este es el único día en el que abiertamente “valora” la cultura maya, y encierro entre comillas el término valora, porque en realidad es “exhibe”.


Es permitido este 12 de diciembre, cuando el resto del año reniega del pasado indígena y busca hasta por debajo de las piedras su linaje español. ¿Qué sucede después de este día? Los trajes pasan a formar parte del inventario de las cosas que jamás se vuelven a usar, que quedan en el olvido, como queda escondido el valor de la cultura maya guatemalteca.


La cultura fue solo un instrumento, un show que recuerda al mundo occidental/mestizo que hay mayas y que les pertenecen. Son frecuentes comentarios como “nuestros indígenas”, “nuestras ruinas mayas”, “nuestros trajes”, expresiones que parecieran hasta paternales, pero que en el fondo están tapizadas de 400 años de marginación y sentido de propiedad sobre el indígena guatemalteco.


De todo esto ya no nos damos cuenta, porque de alguna manera el racismo, el clasismo y la discriminación de la clase dominante hace que esas cosas se vean insignificantes y hasta válidas.


Al final, en Guatemala es complicado el tema del racismo porque es un elemento muy permeado en la idiosincrásica y muchas de las actitudes de los “chapines” son consideradas normales por hacerse así durante siglos. 

Ángel Elías

Comentarios

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l

Crónica de amores efímeros.

Un mes de montaña rusa. No apto para cardíacos. Mucho menos para mí, añejo corazón. Desde noviembre las cosas cambiaron. Un mes que se perfilaba como normal toma un giro inesperado con una invitación, insospechada. Que al final terminó siendo el zarpazo final. Aunque en eso de los enamoramientos las cosas son así, un zarpazo en el momento menos esperado. Y luego nada, así de simple es la vida, un tumulto de arbitrariedades en contra de un longevo corazón y después el silencio. Y no es que quisiera una fiesta, sino que simplemente no me esperaba un silencio así. Espectral y sonámbulo, como programado. Ahora ella parte, sin más ni más. Y no voy a hacer nada por evitarlo. Nunca haría algo así. Porque somos vidas completamente distintas, separadas. Y desde el principio de los tiempos fue así. Que por alguna extraña razón hayamos coincidido en un espacio idéntico, no significa que nos perteneciéramos. Aunque todavía me sonrío en nuestro primer encuentro, donde su tibieza me conmocionó. Tení

Peor que el Desfile…

el ensayo. Nos encontramos a las puertas de la sonada o en este caso asonante, celebración de independencia en Guatemala. Lo peor que se tiene antes de esta celebración del 15 de septiembre es el ensayo de sus desfiles. Realmente nunca estuve de acuerdo con ese tipo de celebraciones, comenzando por la absurda idea de hacer caminar a estudiantes de todas las edades, bajo el abrazante sol de septiembre, solo para que los adultos los vean. ¿Se ha visto acaso entretenimiento más absurdo? Por otro lado el sonido de los redoblantes y bombos es simplemente fastidioso. Y su ensayo en los colegios e institutos es peor. Cerca de la casa, los chicos se han tomado la molestia de ensayar tarde con tarde. Alterando los nervios y la tranquilidad del bosquecillo cercano. A la casa estos días ya no llegan aves al patio. Actitud que yo también tomaría si pudiera alejarme de tanta contaminación auditiva. Desafortunadamente el guatemalteco no puede dejar de relacionar las fiestas patrias con los militares