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Mostrando las entradas de agosto, 2010

¿Para que diablos quiero hablarte?

¿Qué somos? Esa sociedad que no tiene memoria histórica. ¿Estamos condenados a seguir con el subdesarrollo por los siglos de los siglos? Hace algunos días viajaba en una de las salidas de la capital guatemalteca. Y veía las panorámicas donde anuncian a un candidato a la alcaldía municipal. Que ahora no me vengan con que eso no es propaganda disfrazada, que no tengo un solo cabello de tonto. Dice, hablemos con Alejandro Sinibaldi ¿para qué diablos quiero hablar con un tipo perteneciente a la oligarquía de este país? Esas poses mesiánicas realmente dan pena. Pero solo en este país de corrupción e impunidad se puede dar. Y lo más triste es que vemos con indiferencia estas aberraciones mediáticas. Toda esta gente, en panorámicas, con colores del partido, promoviendo la imagen de un tipo, y sobre ellos proponiendo populismo barato, con poses divinas solo pasa en caricaturas elaboradas en países del tercer mudo. A la larga la población parece no darse c

Día 9495

De la mañana, a los años. Todo tiene un comienzo. Luego somos polvo en el futuro. Un cúmulo en el todo.   Y todo aparte. En la mañana un buen día y algunos abrazos. En la noche las sonrisas acumuladas del día. Todos somos esos recuerdos que cabalgan al anochecer. ¿Quiénes son ellos? Los mismos que hace un año no existían. Y que probablemente ya sean parte de la colección de huesos y alma. Todo es tiempo. Ese correr dialéctico de pensamientos que casi no acaban, que no son comprensibles, más allá del sentimiento. Y todos aparecen este día. Con regalos y algunas sonrisas. Nada puede reconfortar más que la luna en el día y el sol antes de terminar el café de la mañana. Son todos esos días que lentamente se acumulan en párpados cansados y ganas de vivir y cantar. Todos pretenden olvidar en este mundo de incomprensiones. Algunos lo hacen, otros pese al esfuerzo sienten la necesidad de decir buenos días y otros, hasta feliz cumpleaños. Y es un día más

Picuegallo XX

Mi amigo Guillermo dice que Guatemala es un asentamiento criminal. ¡¿Toda Guatemala?!- le pregunto. No, dice, solo la capital. Desafortunadamente, le digo, que como todavía se creen la capitanía del reino, para los capitalinos el resto del país no existe. Ahhh, me dice, entonces estamos jodidos todos ustedes. ****** A Guillermo, le digo de manera amistosa, el dinosaurio mayor. Esto gracias a que tiene un grupo de amigos, todos escritores, que ya están entrados en cierta edad. El epíteto de Dinosaurio no le molesta, eso considero yo. (ah, patojo tan desconsiderado) en cierta ocasión llegué a unas de las reuniones que ellos tienen. Las cuales generalmente son comidas. Al entrar todos comían. Guillermo me saluda y le digo, ¿Qué tal mi querido dino? Guillermo se levanta y dice en voz alta: Angel dice que todos ustedes son unos dinosaurios. Aquella escena fue memorable. Todos levantan la vista y me ven. No emiten comentario alguno, resoplan y regresa

Textos Zip

--> Esa tarde supo, sin proponérselo que las cosas funcionan de maneras extrañas. Recorrió todo el paseo de la Reforma en la ciudad de México. Era tarde de sábado y había llovido mucho. Como si llorara por una ciudad insolente. Aunque la soledad puede ser mala consejera, tampoco es mala acompañante. 24 millones de gentes a su alrededor y al finalizar su caminata, el nombre de ella, fue lo único que alcanzaba decir. Como efecto dominó se escuchó un estornudo a más de 1500 kilómetros de distancia. **************** En otra ciudad alguien recuerda. En esta ciudad alguien no recuerda el nombre. En aquella ciudad alguien suspira, en esa ciudad alguien pierde más recuerdos. En las ciudades olvidadas no hay espacio para las nostalgias. ********** Y sabe que el destino los une y los separa. Por un hilo llamado tiempo. Por una puerta que no se abre a cualquiera. Ambos saben que sus recuerdos pesan más allá del tiempo. Pero todo es frágil, a veces un helado puede llevar a olvi