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Mostrando las entradas de septiembre, 2006

Picardías del Doce las Doce.

La mañana del sábado doce de noviembre de 2005 en el municipio de San Martín Jilotepeque sus habitantes no se imaginaban lo que estaba a punto de suceder. Resulta que la noche anterior, se celebró la feria patronal, por lo que las actividades del sábado se vieron suspendidas por el feriado del día anterior. Esta situación fue aprovechada por algunas personas, en su mayoría jóvenes, que desde muy temprano llegaron a invadir el cerrito del Calvario local. Ya la mañana estaba transcurrida y sobre el atrio ya tenían un par de bocinas, una mesa, varias sillas dispuestas para un público y un par de micrófonos. La expectativa local acerca de lo que pretendían estos jóvenes era evidente, la gente se acercaba y preguntaba. Los vecinos del lugar salían a sus puertas y estaban pendientes de cada movimiento en las cercanías de sus casas. El escenario para la fechoría se preparaba. Pero ¿qué se pretendía con este montaje? La mañana se diluía con el trascurso de las horas, mientras se acercaba el mo

Las copas de los árboles nos marean.

Hace ya algunos meses platiqué con Raúl, un amigo. Y de la charla salió la visión que tiene él del guatemalteco común. (De ese que camina diariamente por las calles y persigue camionetas) Resulta que en lo mejor de la plática comentó lo siguiente cuando le pregunté su perspectiva sobre nosotros. Entrecierra los párpados y se me queda, por unos instantes, viéndome con cara de compasión. Emite un respiro como el que va a ejecutar irremediablemente a su víctima y comienza diciendo más o menos esto: Veo al guatemalteco como aquellos seres que viven bajo la tierra siempre. Que odia la luz y la libertad, que se mantiene entre las raíces del bosque, como los gusanos, siempre revolcándose en ellos mismos. Odia las copas de los árboles y prefiere la tierra a volar libre, prefiere arrastrarse entre todos los matorrales. En pocas palabras es un ser subterráneo, que detesta la luz. Esa definición por mucho tiempo me quedó dando vueltas por la cabeza, pensando si era cierto. Que si la visión de

15 de Septiembre

Después de tanto tiempo no he logrado comprender por qué deben haber desfiles el 15 de septiembre. Nunca he estado de acuerdo con tan tonta, cursi, arcaica y estúpida tradición militar de desfilarle a la patria. Realmente no hay sentido lógico para esa pérdida de tiempo. Pareciera que en Guatemala cada vez nos acostumbramos a hacer las cosas al revez. Ahora resulta que quien no desfila o no se siente chafarote no es cívico. Y resulta además, que lo militar es representativo de Guatemala, cuando fue la peor maldición que tuvimos. De qué estaremos hechos para seguir pensando que hacerle honores civiles a la patria debemos asumirnos militares y desfilar con sus bandas y sus uniformes. Esta es una tradición sin sentido, para una nueva sociedad de paz. Claro, que con la educación tan deficiente que recibimos, existen poquísimas posibilidades para que se erradique esa tontera del desfile. El desfile es una pérdida completa de tiempo. Cómo es posible que se tomen tiempo adicional y hasta de c

Tarantino en Guatemala

Con la violencia que soportamos y que vivimos diariamente hasta Quentin Tarantino se hubiera largado ya. -Cruda realidad, por qué nos golpeas tan fuertemente la cara. Aunque no quisiera ver a Guatemala con ojos de ternura y bastante lástima, desde hace ya bastante tiempo lo hago. Sucede que veo al país como esa pared que se cae a pedazos lentamente y que no se puede hacer nada por un mal trabajo de albañil. Recientemente nos visitó Philip Alston, relator especial de las naciones unidas para ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias. Él nos vino, a demostrar que Guate, es un país de impunes, de aparatos del estado arcaicos, ineficientes, obsoletos, y de una sociedad enferma. Algo que de alguna manera sospechábamos muchos. Una sociedad donde la ley de mano dura, es más que un slogan propagandístico, sino es un modo de vida ideal, para muchos. El problema radica que esa mano dura se ve, como la aplicación de la justicia, sino como ejecuciones y torturas públicas. ¿Hasta