Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Texto Zip

Textos Zip XXXVII

Aquella noche ella estaba sola en su casa, no había más allá que el viento que golpeaba su ventana. Acaba de salir de la ducha cuando su alma llegó. En un intercambio de miradas se sonrieron como cada noche. -Buenas noches -, era el ritual que cada día antes de cenar. Ella pasaba todo el día esperando ese momento de la noche, en la que su alma le contaba lo que había hecho en el día. Cuentas, chismes de barrio y algunos chistes llenaban la casa, además de las cómplices sonrisas de ambos. Ellos se conocieron en un retiro espiritual, a las orillas del lago. Ella siempre lo había tenido prisionero. Fueron 30 años en los que ni un saludo se habían intercambiado, a pesar de los esfuerzos de su alma por entablar una conversación. El chamán le dijo que su alma tenía algo que decirle y el fuego solo dijo: libertad. A partir de ese día, el alma de ella sale a trabajar, cobrar cuentas y beber una cerveza en un bar cercano y regresa antes de las 9 de la noche para contarle lo sucedido. Para ...

Texto Zip XXXVI

Tal vez verla aquella tarde no dice mucho. Ambos estábamos en el noveno piso de un edificio que más parecía que se caería en cualquier momento, por efecto de las polillas “comeconcreto”. No dice mucho que aquella noche nos encontramos en un correo electrónico. Menos cuando compartimos un poco de agua en verano, en aquella calle llena de extraños. Nada de eso me dice nada. Me vuelca de recuerdos tu vestido largo y tu sonrisa dibujada como cuando le hacíamos caritas al sol en los dibujos de primaria. ¿Quién te dibujó a ti? ¿Quién tuvo ese atino de recrear mis bosquejos en la preprimaria? Eres esa estrella que tenía goma y brillantina en un papel, obra maestra a mis 4 años de edad que colgaba en el refri de la casa. Eso me dice todo. Me dice todo tu cuerpo en la cama, contando tus heroicas aventuras. ¿Hay algo más emocionante que encontrar cada recuerdo en las esquinas de la calle? Vamos sé que es difícil explicar que la vida se derrama en cada encuentro con el pasado. Pe...

Textos Zip XXXIV

Y fue como un arrebato intenso de pasión. Sin contenerse, sin mirarse completamente, como en pausas, en flashes. Se besaron con el estrépito del tiempo, como si no existiera futuro. Ellos entonces se tocaron cada una de las imperfecciones de su cuerpo. A los años supieron que todo estuvo en ese momento, en el rosar de sus manos y sus labios.  Aquel espacio se volvió un mudo y silencioso testigo de su intimidad.  **** Absorto de aquella escena, él observaba cómo la amaba. ¿Existe futuro para los amantes que se quieren con tanta intensidad? Las palabras de ella resonaron en su cabeza: ¿Acaso podemos tener un intermedio que nos deje satisfechos? O somos amantes o nos destrozamos el corazón, ¿Podemos tener un pacífico intermedio? ***** Ambos respiraron del aliento del otro, con la luna sobre sus cabezas, la noche que los vigilaba y un corazón que se les salía por los ojos. ***** Tú que sabes, que estás allí, que no sabes cómo expli...

Texto Zip XXXIII

Entonces aquellos amantes se vieron a los ojos donde únicamente encontraron sus almas desnudas. Lugar común para muchos poetas, pero sincero en ese momento para ellos. Llegaban de una noche donde se recorrieron con los labios. Sin caminos para el amor, se tomaron toda la velada para explorarse. Entonces, aquella mañana desayunaron besos en los labios del otro. El aroma de ella, sabía a café mañanero y sus palabras anunciaban las noticas, las únicas que él deseaba escuchar. Anunciaban un día lleno de amor. Ambos habían huido de los prejuicios, de los abismos del temor, entonces en aquel lejano lugar, por fin sintieron que las cosas funcionarían. Sin cuentas por pagar, sin jefes que arguyen órdenes, ni mundo que les dijera qué hacer. Se sintieron por fin felices para regocijarse. ********* -Sabes una cosa –le dijo ella esa noche. -¿Te parece si compartimos la luna?-. ******** Los recuerdos están hechos de retazos de aquello que de...

Textos Zip XXXII

La noche transcurre entre teclazos de una sala de redacción de un periódico en una noche de domingo. Luego el silencio se apodera del sitio cuando quedamos solo algunos frente a la expectativa ante el inicio inminente del lunes. ********* ¿Qué estará haciendo ella esta noche? Tan lejos como se puede ir, impulsada por olvido. Tan cerca como nos puede unir los recuerdos. ********* Mientras te leía poesía en la cama, tú reías. Pasamos la noche con los dedos entrelazados y el gato en tu regazo. Ese minino es celoso, ronronea de manera extraña, yo lo sería también si tuviera que compartirte con él siempre. ******** Las sonrisas escapaban por las rendijas de la casa. Los besos se deslizaron entre las ventanas. El desayuno/almuerzo fue servido entre las carcajadas enjuagadas con jabón y platos que olían a nosotros. ******** Bequer se relamía los versos mientras pirueteaban tus palabras en mi cabeza. Cada línea te hacía reír. Inexplicablemen...