Ya pasadas las elecciones hay poco por decir. El
guatemalteco ha elegido donde no había donde decidir. Y es que sería mentir, el
proponer un estado democrático donde en realidad no había opción. Y es que
históricamente Guatemala es un estado fantasmagórico representado por poderes
criollos. Ahora un militar presidirá los destinos de Guatemala, y parece que
sus habitantes están contentos con volver a colocar a un general a la diestra
del señor padre, entonces ¿Cuál es la manía de sentirme preocupado?
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Realmente el guatemalteco se siente feliz con las elecciones
pasadas. En las calles se ven personas paseando, no se les ve preocupados o
tristes. No, andan como siempre han caminado. Eso solo puede indicar que
efectivamente, están conformes con el destino, o hasta satisfechos.
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Tratando de explicarme lo que sucedió solo logro comprender
que los democráticos guatemaltecos no han comprendido que la participación civil
es importante, bueno, esta democracia está tan sana que cualquiera que tenga
millones de quetzales a su disposición puede postularse y hasta ganar. Entonces
el guatemalteco está enfermo con complejo de inferioridad ante el uniforme
militar de años de imposiciones y ahora queda evidenciado.
Ángel Elías
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