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Nuevo presidente contratado


A unos días de comenzar en nuevo gobierno, hay muchas pautas para  analizar. Los votantes ya dejaron ver cuál es su decisión para los próximos años. Necesitan Mano Dura. Nada más. Entonces ese es el compromiso del nuevo gobierno. Una política de seguridad eficaz y no precisamente con represión sino donde el pueblo se sienta seguro, y ver encarcelado a los delincuentes, nada más.

Y respondiendo a esas peticiones, veremos un gobierno enfocado a tratar de brindar seguridad a los ciudadanos. Este gobierno no ofreció educación, ni salud, ni cultura, ni deportes, ni apoyo a los campesinos, ni vivienda, ni mejor la calidad del gasto público, solo y llanamente ofreció SEGURIDAD.

Ese es el verdadero reto de este gobierno, que esperemos no defraude al gran electorado, que apostó por políticas agresivas en torno a la delincuencia. Pero más que agresivas tienen que ser efectivas.

Entonces veremos shows mediáticos para dar la sensación de que realmente se están logrando los objetivos. Seamos francos la delincuencia en Guatemala no es un problema sencillo y mientras no entremos a los temas medulares y de fondo que la provoca, jamás habrán resultados satisfactorios.

Entonces el nuevo gobierno tiene desde ya un serio problema, matar un dragón de mil cabezas de un solo golpe. Algo bien difícil de manejar, teniendo en cuenta que debe hacerlo en el marco de la ley, los derechos humanos y la libertad de expresión.

El general retirado, Otto Pérez Molina, tiene  en sus manos una sola misión que puede hacer un fracaso o un éxito su gestión: eliminar la delincuencia, ni siquiera disminuirla, es quitarla de del imaginario colectivo del guatemalteco.  Menudo problema.

Ofrecer que ahora se puede hablar por teléfono de última generación en una zona roja de la ciudad capital, es ofrecer peras de un olmo, valga el lugar común. Sin embargo los votantes, tienen esa sensación para los próximos meses. Desde ya su peor enemigo es el tiempo, debe luchar por hacer de este país un lugar vivible.

La población en primera instancia no pedirá nada más. Todos los demás temas serán secundarios. Eso sí, si los temas de corrupción no salen a flote o de prepotencia, que creo puede ser un denominador muy común en el próximo gobierno.

Veremos un gobierno enfocado en políticas estatales inmediatistas hacia la seguridad y el supuesto combate al narco, que ni siquiera México ha logrado ganar. La expectativa hacia el gobierno es grande por parte de algunos sectores, pero hereda problemas en financiamiento y ejecución de proyectos. Aunque la falta de recursos no puede ser una excusa puede ser un factor determinante cuando la gente vea que los impuestos se gastan en brindar nula seguridad. Una seguridad inacabada, con un estado débil sin políticas claras y la única guerra que tenía que ganar simplemente se puede convertir en su peor enemigo.

Entonces la población se dará cuenta que el gobernante que contrató, para una única tarea, resulta que no la saca bien.

Ángel Elías

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