Ir al contenido principal

El Asentamiento Criminal.

Este es otro texto que me envió mi Amigo Paz Cárcamo, agradezco sus colaboraciones ya que en este momento estoy cibernéticamente fuera de servicio. Saludos a los lectores y espero entar al ruedo nuevamente, en los próximos días.
Atte. Angel Elías
************



El amigo Pinto, en una de esas sus cafetiadas donde, cuando comienza a contar sus asuntos, le salen algunas frases que además de verdaderas, son lapidarias; son esas frases que dicen verdades incontrovertibles y que lo dejan a uno comprendiendo todo lo que era incomprensible hasta que le estampan la dichosa frase en los escasos dos dedos de frente que uno tiene.

¿Y vos no te has dado cuenta que esta capital, donde viven los chapines, porque solo los chapines viven en la capital, en el resto, en el interior, viven guatemaltecos, ixmulewenios y unos cuantos negros llamados Garífuna, no es nada más que un Asentamiento Criminal, o sea, de criminales?

Por supuesto en otros lugares también hay criminales, es como un proceso natural. Sigue diciendo. O sea, hay otros lugares en el resto del territorio donde se pueden aprender las lecciones básicas de la criminalidad, pero todos temprano y algunos un poco tarde, llegan a la capital para la consagración. Claro, aclara el tal Pinto, los más sofisticados, esos con pedantería de creer tener pedigrí de encomenderos venidos a menos, no pasan por la rudimentaria escuela del interior; esos llenos de tufos son aprendidos, enseñados en esas materias, en los colegios de dominicos, jesuitas, maristas, opusdianos, seglares de toda laya, lassellanos, Humboldt, Stein, Suger y otros con nombres raros e impronunciables porque tienen solo consonantes o una o dos vocales en medio de un río de consonantes. Pasado ese período van a sus universidades, donde afinan más la punta al lápiz en esos meandros del asalto al erario público, los vericuetos a la sustracción de los fondos bancarios, llamados vulgarmente estafas, blanqueo de dinero, lavado de dólares y cuatería bancaria. Claro, vuelve a aclarar el tal Pinto, cuando meten las manos imprudentemente y hasta las patas, olvidándose de guardar la compostura, los verdaderos encomenderos de este país los dejan a la mano de Dios. Estos especimenes criminales con harta frecuencia mandan a la mierda el famoso consejo que le dio la tía a Vinicio cuando asumió la presidencia; le dijo muy confidencial y vehementemente: “ Roba mijo, pero poquito... para que no se den cuenta". Pero bueno, después supimos que no le hizo caso a la tía; el hombre salió con pisto pero desprestigiado.

Claro, vuelve a aclarar el dichoso Pinto: la cosa es que al final de cuentas, a los chapines de este Asentamiento Criminal, esos comportamientos los tiene aparentemente sin cuidado; porque eso sí, como te digo, me dice el dichoso Pinto; todos esos pequeños detalles de los que se creen poderosos, porque los ponen en puestos donde pueden y alargan las uñas, en la vida cotidiana son comunes y corrientes clase medieros, shumos, pretíos, muchos de los cuales no tenían petate en que caer muertos, pero que cuando manotean los billetes comienzan como por prodigio a eructar colas de langosta en salsa tártara y no bañadas en un ordinario chirmol. Pero, en algún momento empiezan a arrastrar la colota y aunque saben de la impunidad que gozan en el Asentamiento Criminal, la gente los va conociendo. Es entonces, agrega Pinto con satisfacción plena en el rostro, cuando los zamarros chapines que no han logrado untarse la mano con el pistío ajeno, llegado el oportuno momento retoman la corruptela, el abuso, el crimen, el delito, la fechoría desde lo más recóndito de su cerebelo, lo sacan y se lo restriegan por toda la carota al individuo en cuestión y sobre todo a los amigos de los familiares, para que se lo trasmitan, haciéndolos sentir que el pecado ni ha sido olvidado ni perdonado. Ese es el castigo: la tufosa "honorabilidad" tan preciada en las apariencias de esos tufosos chapines, está irremediablemente perdida, destruida, para él y su descendencia.

Esa es la reivindicación, o más bien la satisfacción y el desquite, de los ocasionales honrados que desgraciadamente tienen que subsistir en este Asentamiento Criminal, para que paguen directa o indirectamente sus fechorías esos delincuentes de baja y alta estofa, finaliza diciendo el cuate Pinto.

Asentamiento Criminal, Guatemala de la Asunción, enero de 2007.

Guillermo Paz C.

Comentarios

Lo comentamos en alguna ocasión, la violencia está muy enquistada en la sociedad guatemalteca especialmente en la de la capital, desconozco como estará ahora por lo que leo peor, ya veremos cuando arribemos en el 2007 que idea me hago.

Abrazos.
Anónimo dijo…
Cada vez la violencia se impregna en la sociedad y desgraciadamente ya la ven como normal.

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...