Aunque pareciera que las elecciones no pueden dar más sorpresas que las evidentes. En Guatemala todo se puede esperar. Si se dio un tornado en plena ciudad capital, una sorpresa electoral no sería novedad. Todos los candidatos desperdigan su último cartucho en una esperanza fallida. Llegar a ser presidente. Pero ¿en realidad tiene alguna posibilidad? La verdad no lo creo. Afortunadamente, habrá un solo ganador. Aclamado por una minoría. Y digo minoría ya que el candidato que en los últimos veinte años ha tenido más votos sobrepasó el millón. Teniendo en cuenta que en esos años rondábamos los once millones de almas. Eso quiere decir que menos del 10% de la población elige a los gobernantes de del otro 90%. Tal pereciera, que a lo muy a lo elecciones de reina en pueblo, quien nos preside se determina por los números de amigos y conocidos.
En esta risocracia, donde la propaganda pareciera que anunciara a la última estrella pop del momento, no dejan nada a la imaginación. Desde cancioncitas cursis, hasta modelos bailando la última salsa del momento.
Aunque eso no me entretendrá en este momento. Sino el análisis de los anuncios propagandísticos que aparecen en la televisión abierta. Ya que esa área de la comunicación es mi fuerte. Donde veremos horrores de conceptos.
Primero definamos la diferencia entre propaganda y publicidad. Términos que por su diversa utilización confundimos fácilmente. La publicidad es la encargada de ofrecer productos y servicios a un público consumidor. La publicidad se contrata para aumentar ventas o posicionar un producto o servicio.
La propaganda, sirve para difundir un concepto más ideológico, que material. La propaganda difunde un pensamiento o un sentir a las masas. Es un propagar de conocimiento e ideología.
Las diferencias son evidentes; uno vende un producto y el otro promueve un pensamiento. Partiendo de esa premisa ya no podemos equivocarnos con estos términos. Para fines de este tratado, hablaremos sobre propaganda.
Uno de los contendientes en las elecciones para Guatemala es el Partido Patriota. Comandados por El General Otto Pérez Molina. Quienes en un buen atisbo de ingenio crearon un comercial donde dejan la imagen de mano dura contra la delincuencia, por un discurso más relajado y juvenil. Con un comercial donde jóvenes, adultos y ancianos llaman al voto por mano dura. Esto en una de las calles más representativas de Guatemala, la calle del arco en Antigua Guatemala. Es una comercial muy bien logrado, por su combinación de escenas, su sustentación concepto y público al que se dirige. Aunque con una carga de fascista bien disfrazada. Mano Dura, Cabeza y corazón, ¿También duros?
La Unidad Nacional de la Esperanza, con el discurso que manejan, no han logrado superar a la idea de mano dura. Necesitarán para la próxima vuelta, tener un discurso más convincente y lograr asociar a su contrincante con un pasado funesto, de lo contrario tendrán serios problemas.
En el discurso de La Gran Alianza Nacional, no lograron desapartarse de la sobra del oficialismo. El Gran error de su candidato es que dentro su esfera tiene al peor enemigo, El actual presidente. Una sombra que no ha logrado superar.
En el caso de Rigoberto Menchú, la imagen se basa en la labor de Nineth Montenegro, desafortunadamente no se logra completamente la asociación, y donde sí se logra, propragandísticamente hablando, no conocen la trayectoria de Montenegro.
Uno del más curiosos y que llamó la atención fue el de Pablo Monsanto por Alianza Nueva Nación (ANN). Quien cambió la imagen de su proyección completamente y oxigenó a su partido. ¿Lo suficiente? Para mantenerlo vivo talvez sí. Pero su error y acierto propagandístico fue la utilización de los niños. En su comercia cantan la ya famosa canción de “Yo soy Pablo”. Un acierto estupendo. Y en realidad todos los niños la cantan. Es una verdadera lástima que los niños no voten.
Ciertamente este acierto sirve para fines más comerciales donde los niños tienen ingerencia en el adulto. Como en las compras navideñas. No así en el voto, ya que no tiene ingerencia real. Aunque esperaremos una sorpresa en las elecciones infantiles.
Para la segunda vuelta habrá una campaña agresiva que analizaremos. Por lo pronto me encantan las vallas de Lucía Alejos Botrán, candidata a diputada, distrito central (ANN), me recuerdan los anuncios de Shampoo, y ella agrada la vista en el caos al que llamamos tránsito.
Angel Elías
En esta risocracia, donde la propaganda pareciera que anunciara a la última estrella pop del momento, no dejan nada a la imaginación. Desde cancioncitas cursis, hasta modelos bailando la última salsa del momento.
Aunque eso no me entretendrá en este momento. Sino el análisis de los anuncios propagandísticos que aparecen en la televisión abierta. Ya que esa área de la comunicación es mi fuerte. Donde veremos horrores de conceptos.
Primero definamos la diferencia entre propaganda y publicidad. Términos que por su diversa utilización confundimos fácilmente. La publicidad es la encargada de ofrecer productos y servicios a un público consumidor. La publicidad se contrata para aumentar ventas o posicionar un producto o servicio.
La propaganda, sirve para difundir un concepto más ideológico, que material. La propaganda difunde un pensamiento o un sentir a las masas. Es un propagar de conocimiento e ideología.
Las diferencias son evidentes; uno vende un producto y el otro promueve un pensamiento. Partiendo de esa premisa ya no podemos equivocarnos con estos términos. Para fines de este tratado, hablaremos sobre propaganda.
Uno de los contendientes en las elecciones para Guatemala es el Partido Patriota. Comandados por El General Otto Pérez Molina. Quienes en un buen atisbo de ingenio crearon un comercial donde dejan la imagen de mano dura contra la delincuencia, por un discurso más relajado y juvenil. Con un comercial donde jóvenes, adultos y ancianos llaman al voto por mano dura. Esto en una de las calles más representativas de Guatemala, la calle del arco en Antigua Guatemala. Es una comercial muy bien logrado, por su combinación de escenas, su sustentación concepto y público al que se dirige. Aunque con una carga de fascista bien disfrazada. Mano Dura, Cabeza y corazón, ¿También duros?
La Unidad Nacional de la Esperanza, con el discurso que manejan, no han logrado superar a la idea de mano dura. Necesitarán para la próxima vuelta, tener un discurso más convincente y lograr asociar a su contrincante con un pasado funesto, de lo contrario tendrán serios problemas.
En el discurso de La Gran Alianza Nacional, no lograron desapartarse de la sobra del oficialismo. El Gran error de su candidato es que dentro su esfera tiene al peor enemigo, El actual presidente. Una sombra que no ha logrado superar.
En el caso de Rigoberto Menchú, la imagen se basa en la labor de Nineth Montenegro, desafortunadamente no se logra completamente la asociación, y donde sí se logra, propragandísticamente hablando, no conocen la trayectoria de Montenegro.
Uno del más curiosos y que llamó la atención fue el de Pablo Monsanto por Alianza Nueva Nación (ANN). Quien cambió la imagen de su proyección completamente y oxigenó a su partido. ¿Lo suficiente? Para mantenerlo vivo talvez sí. Pero su error y acierto propagandístico fue la utilización de los niños. En su comercia cantan la ya famosa canción de “Yo soy Pablo”. Un acierto estupendo. Y en realidad todos los niños la cantan. Es una verdadera lástima que los niños no voten.
Ciertamente este acierto sirve para fines más comerciales donde los niños tienen ingerencia en el adulto. Como en las compras navideñas. No así en el voto, ya que no tiene ingerencia real. Aunque esperaremos una sorpresa en las elecciones infantiles.
Para la segunda vuelta habrá una campaña agresiva que analizaremos. Por lo pronto me encantan las vallas de Lucía Alejos Botrán, candidata a diputada, distrito central (ANN), me recuerdan los anuncios de Shampoo, y ella agrada la vista en el caos al que llamamos tránsito.
Angel Elías
Comentarios
Excelente Libertad, mi personaje favorito de Mafalda.
saludos Pirata