Parece que los apagones son solo los de síntomas de un mal más endémico. Ciertamente el apagón recientemente sufrido por buena parte del territorio guatemalteco no es sólo mas que el reflejo de una sociedad igual de tenebrosa. Es que esto nos vino a demostrar que prácticamente vivimos en las tinieblas. Entonces ese apagón no fue más que un cuadro un tanto poético, un tanto irónico de nuestra realidad. Todo el país se sumergió en la oscuridad (algo a lo que ya de alguna manera estamos acostumbrados). Luego rumores de atentados, de guerrillas, de monjes locos, de rumores infundados. Reflejo palpable de lo que somos, una sociedad hecha de cuchicheos.
Y tenemos que aceptar que tenemos el país hecho trizas. Todo con los pies para arriba. Oscuras elecciones de magistrados, privilegios dudosos hacia funcionarios públicos, inexactitudes dentro de los planes gubernamentales, solo nos demuestra que hacemos las cosas a oscuras o en el peor de los casos con los ojos cerrados.
¿Ha tenido la sensación de que en este país faltan entes pensantes? ¿Qué hay soluciones que son simplemente lógicas? ¿Qué no hay nada más sencillo que seguir el sentido común? Y ¿que nadie más se da cuenta? Y seguramente no se equivoca. El guatemalteco es experto en quebrar el sentido común. Por ello esperamos que los demás hagan lo que nosotros tenemos que hacer. Simplemente porque somos una sociedad ciega y apática. Eso siendo optimistas. En el peor de los casos cerramos los ojos sin importar el hecho de que nos vayamos directo al abismo.
¿Luego de quién es la culpa? De nadie. De todos. El apagón me vino ha hacer reflexionar sobre nuestra condición. No vemos lo que sucede. Vivimos en un permanente apagón donde nada es más allá de sombras. Y eso de por sí es triste y frustrante. Dejamos escapar de las manos la oportunidad de descubrir la verdad. Lo que hay allá afuera.
Pero no lo haremos, ya que somos quejumbrosos e impasibles. Y arrastramos un lastre de cientos de años que no se nos quita tan fácilmente.
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Mientras veía cómo todo un aparato estatal de seguridad se deslizaba por las calles de la ciudad de Guatemala, para proteger a ministros, gerentes, gobernantes, magistrados, diputados y familiares de estos. Me pregunto ¿Igualdad garantizada en la Constitución política de la República de Guatemala? Ciertamente es falso. La gente muere diariamente en las calles por nada. Y niños mueren de hambre en este país de injusticias y desigualdades. Y palpamos esas desigualdades todos los días. Nuestros gobernantes, y con eso digo que todos, tienen un concepto colonial, encomendero y monárquico. Piensan que se llega a puestos para servirse, para protegerse, para asegurarse. Se piensa que un cargo público es un cargo casi divino. En este país de desigualdades, donde la ley del más fuerte se impone. Donde muere mucha gente a diario, es obsceno que funcionarios públicos gasten el erario público para protegerse el traje-sastre del polvo de la mañana. Por aquello de los temblores, dicen. Guatemala deja mucho en qué pensar.
Ángel Elías
Comentarios
Saludos,
No hay sistema para cambiar monedas ese se ganó el premio a la respuesta tonta del día
Un abrazo Engler