Ir al contenido principal

Justicia para Guatemala



Foto: contrainjerencia.com

El juicio al exgobernante de facto guatemalteco Efraín Ríos Montt deja en evidencia que todavía hay temas que nunca fueron solventados entre la población y el gobierno. La firma de la paz nunca garantizaba la reconciliación y menos la justicia por los excesos, masacres y menos el genocidio perpetrado en el país.

El juicio, importante en esta época, descubre que las posturas políticas de la guerra fría jamás se dejaron y que la impunidad sigue reinando en países como este. Muestra que con la firma de la paz deseaban que fuera un cheque en blanco para alcanzar la impunidad disfrazada de amnistía.

Mujeres ixiles llegaron a los tribunales de justicia para declarar los vejámenes que sufrieron durante la guerra. Una guerra comandada por Efraín Ríos Montt que, bajo la tutela de la supuesta iluminación divina, ordenó acabar con las aldeas, que según él, colaboraban con la guerrilla. ¿Eso es suficiente para acabar con la vida de una persona, y no digamos de poblaciones enteras? Nada justifica el quitarle la vida a alguien.

Efraín Ríos Montt ahora se enfrenta a un tribunal donde lo juzgan y que habilidosamente sus abogados han ido entrampado con recursos legales. ¿Acaso quiénes fueron ejecutados en sus repudiados tribuales de fuero especial tuvieron esa oportunidad?

La historia en el país la cuentan los vencedores. Y el ejército de este país se cree vencedor. Entonces niega la persecución sistemática de pueblos indígenas para su exterminio. ¿Qué no hubo genocidio? ¿Perseguir a las poblaciones indígenas, quemar sus casas, matar fetos y mujeres embarazadas no es genocidio? Argumentan que persiguieron facciosos que se ocultaban en las poblaciones y los indígenas los apoyaban. Un bebé, ¿cómo puede apoyar a una célula guerrillera? Destruir total o parcialmente un grupo racial o cultural es genocidio. Ellos destruyeron parcialmente poblaciones indígenas y las persiguieron. Las poblaciones indígenas se componen, se entienden y se desarrollan como grupos  culturales. Si se visita una aldea en Todos Santos Cuchumatán, no visita simplemente una aldea, visita un grupo cultural que lo habita. Es un universo cosmogónico maya, una forma de ver y entender el universo. Si eso no es un grupo cultural, entonces se está del bando que piensa que las poblaciones indígenas son atrasadas. Simplemente se es racista hasta el tuétano.

Este juicio devela las verdaderas caras de la derecha y la izquierda de este país. Que la derecha niegue el genocidio, que ellos mismos provocaron, no sorprende. Pero que un grupo que se autodenomina “intelectuales”, salga con un comunicado negado tales atrocidades, es para quedarse boquiabierto.

Efraín Ríos Montt es el chivo expiatorio del ejército que dejó que se le juzgara por crímenes contra los pueblos, aunque no dejara que se le condene por genocidio. Esto debido a que los procesos judiciales contra otros mandos pueden prosperar. Y quien quita, hasta el mismo presidente Otto Pérez Molina puede quedar salpicado con un pasado incómodo.

Muchos coincidimos que este proceso judicial ha puesto en boca de la juventud el tema de la guerra en el país. Que ya era hora que se hablara y se debatiera. Aunque esta juventud adormilada no logra asimilar lo  que realmente pasó en este país.

Pero el verdadero logro deber ser, sin perderlo de vista, que se llegue a juzgar y condenar a los culpables de las atrocidades cometidas contra las poblaciones indígenas de Guatemala.

Ángel Elías

Comentarios

Unknown dijo…
Bien dicho, ángelus. Y si bien el tema resurge y pone al tanto a una ya nueva generación, esa derecha recalcitrante y los intelectualoides, que son lo mi$mo, estan buscado confundirla. Por eso celebro tu post, porque por todos los medios debemos dejar escrita la verdad. Abrazos
Angel Elías dijo…
Juan: estimado, creo que las causas de la guerra siguen latentes y los problemas no se han afrontado abiertamente, se esconden. Eso provoca que no nos entendamos como nación.

Nadie acepta culpas, ni quiere pagar los excesos

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...