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Le entregarán el Premio Nacional
de Literatura a Víctor Muñoz por su carrera literaria, creo es un merecido
premio. A Víctor lo conocí hace como 10 años, pero sus libros llegaron antes a
mí, y mucho antes, unos relatos de la revista Magna Terra. En ese entonces yo
trabajaba en radio y me dediqué a seguirle la huella, creo que fue en una
lectura de poesía y relatos donde me le acerqué. Con la cordialidad que le
caracteriza aceptó mi invitación a una entrevista. Desde allí partimos con una
gran amistad. Cada vez que lo veo le reclamo el no tener una copia de su
célebre novela, Sara sonríe de último.
La literatura de Muñoz navega entre lo urbano y cotidianos,
sus personajes son más sencillos que héroes, no contienen una pizca de querer
ser los grandes comandantes de la
historia. Pero eso no le resta calidad narrativa. Es claro que Muñoz con mucha técnica
dibuja en cada uno de sus relatos grandes historias que parten de aparentes
pequeños personajes.
Hablar de Muñoz inevitablemente nos lleva a su obra. Una de
esas letras que con las manos acompaña al lector a los laberintos de los
problemas comunes, el pago del agua o el alquiler o simplemente eso que causa
insomnio hasta los más mortales.
Las preocupaciones de los personajes de Muñoz son nuestras
preocupaciones, son tan comunes que vemos caminar gente Muñonezcas en todos
lados.
Su obra se divide en cuento y novela y algún poema. Las
narraciones cortas, sus cuentos son un deleite. Se encuentra una clara
partición entre su libro Posdata, ya no regreso, es como su división. Antes y después
de este. Antes son seres festivos, graciosos, hasta grandes amigos. Luego son
personas sombrías, apegadas al pesimismo y desidia. Pero, no hay que equivocarse,
eso no los vuelve malos, ni los personajes, ni los relatos.
Ambos tienen una calidad y simplicidad admirable. Tienen un
aire de nostalgia añeja, de años de trabajo literario y lecturas obligadas,
pero placenteras. Son como una madurez en el escritor.
Entre el trabajo de Muñoz recomiendo sus novelas: Sara sonríe
de último, Todos queremos de todo, La noche del 9 de febrero. Entre sus cuentos
Posdata, ya no regreso, evidentemente existen más libros de Muñoz, el gran
problema es conseguirlos ya que son ediciones agotadas.
Sin embargo, el esfuerzo de buscar cada una de sus
publicaciones es un esfuerzo que realmente vale la pena y hacerlo.
Víctor Muñoz se hizo acreedor al Premio Nacional de
Literatura Miguel Ángel Asturias, galardón que creo, llega en un justo momento.
Ángel Elías
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