Haroldo Sánchez nos presenta un libro: Juegos de la Mente. A modo de crónica nos cuenta dos historias medulares, pero con muchas variantes. En un juego, un interesante entramado de historias. Un periodista narra la pasión que representa su trabajo. Un recorrido por la historia reciente del periodismo guatemalteco, Sánchez, nos embarca en un viaje por el lado desconocido de la noticia. La versión del periodista.
La crónica se ha vuelto un género muy poco desarrollado en Guatemala. En este caso la crónica novelada. En esta novela Claudio Morán narra su vida en 30 días y conjuntamente narra su agonía. En un viaje tan diferente, pero a la vez paralelo. Aunque ¿Qué tan diferente puede ser la agonía de la vida? Si ambas son una secuencia de acontecimientos.
Uno de los aportes más interesantes del libro es su riqueza en detalles históricos. En especial en para un nuevo periodismo nacional que muchas veces desconoce esos detalles.
Con una prosa suelta y sencilla, Sánchez, desarrolla con el lector preguntas sobre la importancia de la vida o de la posibilidad de una después de la muerte. Y el lector acompaña a Claudio en un repaso intenso de sus vivencias.
Pero las vivencias de Claudio, son el reflejo de experiencias cotidianas del periodismo guatemalteco. Entonces Claudio se vuelve la concreción de muchas realidades.
Los juegos de la mente son extraños, eso Claudio lo tiene presente. Y mientras recuerda pasaje por pasaje su vida, los lectores también descubrimos que ese recorrido también es nuestro. Porque no es una vida ajena a Guatemala, es una vida apegada a esa realidad. A la que vivimos constantemente. Y que de alguna manera al recorrerlo con él, nos hace coincidir en sus recuerdos. Claro, que todos vimos esas historias desde nuestro balcón, pero en algún punto coincidimos y en ese momento nos pone a reflexionar.
El libro puede servir perfectamente como un referente histórico, por su riqueza en las narraciones. O puede ser un emocionante viaje por historias contadas de manera muy verosímil.
El ejercicio periodístico, nos demuestra, se lleva hasta la muerte. Y este personaje nos lo presenta en su lecho agónico.
Un trabajo incomprendido, pero muy noble cuando se ejerce con ética. Ética que desaparece hasta dentro de los mismos medios de comunicación, que se entregan al mercado y no a la información.
Este libro además es denunciante, devela a un periodismo desde un ángulo poco comentado, el pútrido. Donde la fafa salta en cualquier momento. Y las dictaduras censuraron a una prensa denunciante o donde la democracia comprada a plazos no da cabida a la libertad de prensa. Esto llevado en una trama que salta de época en época, como una máquina del tiempo. Pero ¿Quién dijo que la literatura no puede hacer esa función? Muchas veces esa misma literatura, talvez fantástica, devela la verdad.
Haroldo Sánchez con Juegos de la Mente, simplifica ese lío de ideas que se forman en la cabeza hasta hacerlo historias. Y luego nos muestra un libro referencial para los estudiantes de comunicación.
Pero Claudio Morán puede ser cualquier periodista comprometido con su oficio. Y que espera lo inevitable. Entonces ese recorrido mental es obligatorio. Para darse cuenta que de una u otra manera ha dejado una huella de reflexión estampada en la mente del lector.
Ángel Elías
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