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Quiché, reino de los recuerdos




La primera vez que visité Santa Cruz del Quiché, fue por una invitación. Ahora cada vez que vuelvo, me invito solo.

De alguna manera Santa Cruz del Quiché es significante para mí. Se vuelve un multicolor abanico de guatemalidades combinadas perfectamente con el verde de sus bosques y selvas.

Nunca había tenido la oportunidad de conocer la extensión completa de su magnificencia. Al llegar uno se percata que los años no han pasado por allí. En la Ciudad de los Eternos Celajes, como le dicen, pareciera que el tiempo nunca pasa, aunque la modernidad los invada.

Compuesto por tres parques que se encuentran juntos, uno de mis mayores placeres es sentarme en uno de ellos y ver transcurrir la tarde.

En uno se encuentra la estatua de Tekúm Umán, mítico personaje guatemalteco. Hecho por Galeotti Torres, a quien no se si le pagaron al fin de todo su trabajo. Él hizo todos los monumentos a Tekúm, en Guatemala.

En el siguiente parque se puede admirar la iglesia católica y sentarse a platicar en sus gradas. De alguna manera tengo una relación de belleza e historia con las iglesias, no puedo irme de un lugar sin visitarlas. Entonces el simple hecho de sentarme en su atrio me cautiva. Estar, mitológicamente, entre lo profano y lo divino.

El tercer parque es para el atolito. Para disfrutar de las delicias del atol de Quiché. Con su clima frío, siempre invita a uno. Tal vez subirse a la torre de Gobernación, aunque no sé si todavía se puede. Yo me subí, con mi amiga Damaris Rivera, hace algunos años.

Tal vez salir de la cabecera e irse a conocer Chinique, San Antonio Ilotenango a mi gran amiga Dora Tzoc, me llevó a conocer la laguna. En otro viaje estuve en San Pedro Jocopilas.

Antes de conocer Santa Cruz del Quiché, estuve en Pachalum parte seca y cálida del departamento.

Luego conocí Santa Cruz, con su clima frío. Hace poco conocí Playa Grande. Me falta conocer muchos lugares, lo sé. Y eso me emociona del departamento. El triángulo Ixil es otro de mis pendientes.

De alguna manera El Quiché es uno de los departamentos que me cautiva visitar, espero, amable lector, que a usted también le quede la espinita.

Ángel Elías

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