
Guatemala vive un proceso de enfrentamiento ideológico no
visto desde las épocas de la guerra. Hay heridas que evidentemente no han
sanado, pero principalmente no parece que vayan a curarse fácilmente. Esto provoca enfrentamientos que más que razonables parecen ideológicos, destilan odio y resentimiento guardado durante más de 40 años. La justicia debe cumplirse, indudablemene, pero si ser verde, morada o azul.
También, el año
electoral pasó, a ahora viene el primer año de gobierno de un presidente que
tienen pocas posibilidades de enderezar un país que se hunde poco a poco.
El aún presidente Alejandro Maldonado simplemente cumplió
con su función histórica de abogacía de la oligarquía local, ¿Acaso esperaban
otra cosa? Se pasó de un status quo a... lo mismo. Luego de las manifestaciones que parecieran que eran un despertar
ciudadano, las cosas se mantuvieron en
su status quo, creo que al país le metieron un gol al colocar a
Maldonado como vicepresidente a la renuncia de Baldetti.
Ese era el juego desde el principio, un alfil afín para
mantener la estabilidad del país para poder seguir manejándolo a su antojo.
Darle la caída a Baldetti era casi obligatorio, pero ¿a quién poner para que no
se nos vaya de las manos? Maldonado fue una excelente carta, y acertada. Acá no
ha pasado nada. Su labor siempre ha sido de conservadurismo que le ha funcionado para mantener una carrera política que lo llevo casi por casualidad a la presidencia de la república.
Creo que la población le hace falta mucho la visión estratégica
política necesaria para adelantarse a los pasos de la oligarquía que ha
gobernado los últimos 500 años. Realmente el problema de acá no es la
corrupción de los innombrables, es una oligarquía e injerencia política
extranjera que pareciera toma las decisiones y luego se las endosa a la
población haciéndoles creer que ellos realmente fueron quienes tomaron esas
decisiones, ve qué hermosa estrategia.
Guatemala es inmadura políticamente (valga las pedradas por
las generalizaciones) por eso tienen de presidente a Jimmy Morales, por eso no
hay reformas serias, sólidas, lógicas y viables a la Ley electoral y de partidos
políticos. La gente saliendo a las plazas logró conocerse, logró
encontrarse, intentar el diálogo, pero
con el tiempo pareciera que ese diálogo se quedará en sueño de justos. Y es que
ese diálogo debió ser hace 20 años cuando se firmaba la paz, ahora se necesitan
otros campos de acción, pero principalmente una visión futurista de país.
Los próximos meses serán vitales para el país. Entender que construir
un país no es sencillo, que encontrarse, gestarse y nacer es fundamental para
el guatemalteco y entender que el país se construye desde lo que creemos bueno,
ahora ese es reto, ¿que es lo que creemos bueno para el país?. Ahhh los bemoles de la democracia.
Ángel Elías
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