Ir al contenido principal

Réquiem por la tristeza


 El guatemalteco Dante Liano desde hace más de 40 años vive en Italia y presenta Réquiem por Teresa, una novela corta que pareciera que fue escrita en la Guatemala de la que nunca partió.

El relato es una caja llena de guatemaltequismos, personajes pintorescos con tintes de humor y que tratan de flotar en una historia trágica. ¿Es una desdicha vivir en países como los nuestros? Con el entretejido social reinante pareciera que sí. Por lo menos para Teresa es una desventura.

El machismo y una sociedad conservadora crean personajes como Teresa, su esposo (El pirata) y su hermano, este último es quien cuenta lo que sucede en su familia. Con saltos en la memoria y monólogos, el narrador ayuda al lector a entender la trama, que irónicamente regresa al origen de muchas de las vicisitudes de los personajes, en un litro de cerveza.

El lenguaje de Dante Liano es claro, franco y fluido, tiene las características necesarias para dibujar los momentos de silencio habituales en las familias que no pueden expresar sus sentimientos, que solo conocen de violencia. “Pues el Pirata no había domingo que no se estuviera trompaceando en el terreno de enfrente. Te acordás del descampado que había frente a la casa (…) Nosotros nos asomábamos a la ventana, asustados, y mirábamos de lejos al grupito en donde se suponía que, al centro, el Pirata se desahogaba con algún otro machito que le estuviera disputando el puesto de jefe de la pandilla. Se emborrachaba el Pirata, con sus cuates, y luego terminaban en el campito, insultándose al principio y pegándose después. Eso era ser hombres, eso era ser hombres para todos nosotros, eso era ser hombres en Guatemala de la Asunción”.

Teresa es el personaje que no tiene voz, es la que no existe más allá de los recuerdos, en la que giran las reflexiones. La sociedad machista la forma, la encausa y la perfila. “Le gustaba Dolores Pradera, le gustaba Julio Iglesias, le gustaba Luis Miguel cantando boleros, todo lo que fuera melcochoso y fariseo le gustaba. Todo lo que cantara al fracaso, a la vida desperdiciada”.

El contexto en el que sucede la historia no cambia. No hay diferencia entre el actual y la contrarrevolución de 1954. Un país invadido por el miedo, por la mojigatería y el sector represivo del gobierno. “Los militares andaban en la calle, iban a las casas, vivían entre la gente y hasta los respetaban. Fue después, quiero decir ahora, que ves un militar y te vas corriendo a la mierda, del puro miedo. Es la única institución que primero se hacía respetar y después se hizo temer”.

Entre tanta tragedia siempre aparece Elvis, en un bar cualquiera, de esta ciudad anónima, con los colores de un sábado por la noche. “¡ELVIS, ELVIS, ELVIS!, gritan sus fans, y mirá vos que tiene sus huevos convertirse en fan de este Elvis”. Él, en Guatemala, fue famoso, con toda la popularidad que puede tener un imitador en este rincón del mundo. No era el verdadero Elvis, se movía con decadencia, cantaba imitando la voz y hasta saludaba en inglés. Todo en Guatemala parece imitación, hasta los imitadores.

Ángel Elías


Comentarios

Koan Resuelto dijo…
Creo que es 'cadencia', peridista... Saludos.
Angel Elías dijo…
No, justo su movimiento era decadente.

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l

Crónica de amores efímeros.

Un mes de montaña rusa. No apto para cardíacos. Mucho menos para mí, añejo corazón. Desde noviembre las cosas cambiaron. Un mes que se perfilaba como normal toma un giro inesperado con una invitación, insospechada. Que al final terminó siendo el zarpazo final. Aunque en eso de los enamoramientos las cosas son así, un zarpazo en el momento menos esperado. Y luego nada, así de simple es la vida, un tumulto de arbitrariedades en contra de un longevo corazón y después el silencio. Y no es que quisiera una fiesta, sino que simplemente no me esperaba un silencio así. Espectral y sonámbulo, como programado. Ahora ella parte, sin más ni más. Y no voy a hacer nada por evitarlo. Nunca haría algo así. Porque somos vidas completamente distintas, separadas. Y desde el principio de los tiempos fue así. Que por alguna extraña razón hayamos coincidido en un espacio idéntico, no significa que nos perteneciéramos. Aunque todavía me sonrío en nuestro primer encuentro, donde su tibieza me conmocionó. Tení

Peor que el Desfile…

el ensayo. Nos encontramos a las puertas de la sonada o en este caso asonante, celebración de independencia en Guatemala. Lo peor que se tiene antes de esta celebración del 15 de septiembre es el ensayo de sus desfiles. Realmente nunca estuve de acuerdo con ese tipo de celebraciones, comenzando por la absurda idea de hacer caminar a estudiantes de todas las edades, bajo el abrazante sol de septiembre, solo para que los adultos los vean. ¿Se ha visto acaso entretenimiento más absurdo? Por otro lado el sonido de los redoblantes y bombos es simplemente fastidioso. Y su ensayo en los colegios e institutos es peor. Cerca de la casa, los chicos se han tomado la molestia de ensayar tarde con tarde. Alterando los nervios y la tranquilidad del bosquecillo cercano. A la casa estos días ya no llegan aves al patio. Actitud que yo también tomaría si pudiera alejarme de tanta contaminación auditiva. Desafortunadamente el guatemalteco no puede dejar de relacionar las fiestas patrias con los militares