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Campanas

Un rumor que atraviesa el tiempo

Por Ángel Elías
Publicado Revista D
Prensa Libre
27/02/2011

Un sonido particular hace que una señora pare en su labor cotidiana, incline la cabeza y se santigüe. Es la melodiosa algarabía que se escucha en todos los barrios de la vieja Guatemala de la Asunción. Son finales del siglo XIX en Guatemala y nada es más profundo que la voz de la Chepona al mediodía. 


Casi todas las ciudades del mundo se reconocen por sus sonidos particulares. Son ese bamboleo de piezas de bronce desde una torre que anuncian el alba, la tarde o el ocaso. Otras veces, un sonido un más discreto desde una carretilla de helados que es el llamado más dulce de nuestra niñez. Las campanas son los acompañantes sonoros  que custodian cotidianamente a nuestras ciudades. Existen campanas para un sinfín de actividades; desde llamar a reuniones eclesiásticas hasta correr por un helado en las plazas nuestras urbes.

Las Campanas tienen una historia particular. Son los anunciantes por excelencia. Todos los pueblos de Guatemala tienen campanas que llaman a la población para actividades comunales, principalmente relacionadas con la iglesia católica. También en fincas de la costa sur eran utilizadas para llamar a los trabajadores.

La palabra campana es de origen italiano. Una de las primeras campanas fue una jarrilla de cobre puesta de cabeza que golpeaban de fuera con un mazo. Fue un sacerdote de Compania, Italia, quien utilizó este método para llamar a sus feligreses.  Las "campanas" se colgaban al principio de los árboles, luego se resguardaron de las inclemencias del tiempo dentro de las iglesias.

Una historia que encampana
Las campanas están fabricadas principalmente de bronce. Aunque en ocasiones eran alienaban con estaño y plata. La plata era agregada durante su fundición por personas con mucho dinero quienes aseguraban que así sus súplicas eran escuchadas en el cielo. Las campanas están consideradas como instrumentos musicales de percusión. Su sonido canta la liturgia al mundo. Se dice que el pueblo donde no se escuche el sonido de las campanas es un pueblo muerto.

Las campanas originalmente eran parte de los pueblos egipcios y asiáticos, así mismo las utilizaban griegos y romanos. Las usaban antes de pronunciar discursos, notificar eclipses o en los cuellos de las bestias para espantar a los lobos. De allí la iglesia Católica las toma para convocar feligreses o dar anuncios. Hacía el siglo 604 a 606 se manda a colocar campanas en todas las iglesias católicas para oficios Divinos, misas solemnes y festividades. En la actualidad la iglesia Anglicana y la rusa Ortodoxa las usan con fines similares.

En Guatemala suenan las campanas
Aunque no hay datos específicos sobre la llegada de campanas a Guatemala. Sí existen datos sobre campanas antiguas que llegan a Antigua Guatemala que luego son trasladadas a la ciudad de Guatemala. En Guatemala, según el historiador guatemalteco Haroldo Rodas, las campanas tienen una función social importante ya que en años pasados al escucharlas los devotos se hincaban para rezar el ángelus, suspendiendo así cualquier actividad que realizaran.  De esto hay datos y crónicas de quienes se sorprendían al ver este acto.  Por ello las campanas cumplían una función comunicadora en los poblados, anunciaban tragedias o regocijos sociales.

Una Chepona muy célebre
Una de las campanas más famosas en Guatemala se ubica en la catedral metropolitana. Se le conoce con el nombre de la Chepona. Con sus 5 mil libras de peso es un referente obligatorio. Fue fundida por Julio Vassaux a pedido del cabildo metropolitano gracias al presbítero Francisco Espinoza de los Monteros en 1870. Y un profundo sonido la hace algo inconfundible. Su nombre se debe a que fue dedicada al Patriarca San José el día de su consagración. Además se dice que fue fundida con el bronce de los cañones del fuerte San José. Acompañan a la Chepona otras nueve campanas no menos importantes. Allí se encuentra la más antigua llamada del Santísimo Sacramento fundida en 1622.

Aquellas vigías eternas
Desde el cerrito del Carmen unos centinelas sonoros contemplan desde hace siglos el crecimiento de una ciudad cada vez más ruidosa. Allí, en la cima se encuentra una iglesia con su campanario, es la iglesia del cerro del Carmen de donde cuelgan cuatro campanas con diferentes fechas de fundición. La más antigua data de 1748 y se le conoce como La Encarnación, nombre que lleva grabado. A la más pequeña se le conoce como la volteadora ya que da vueltas sobre sí misma y fue fundida por Juan Klee en 1862. La tercera campana se caracteriza porque lleva grabados los rostros de los trece personajes que redactaron el acta de la independencia guatemalteca, es La Libertad, fue fundida en 1921 durante el centenario independentista. La última se le conoce como La Carmela porque fue dedicada a la Virgen del Carmen y es de 1925.

A su merced en Semana Santa
Se acostumbra durante los días principales de la Semana Santa no tocar campanas, desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección no se escucha el metálico sonido de la campana. Sin embargo la tradición dicta que la única que se puede escuchar durante el Viernes Santo es la de la iglesia de la Merced. Esta acompaña la entrada y la salida del Sepultado.

Campanas a la Antigua
Caroline Becker Long nos habla en su libro Campanas de las iglesias de la Antigua, como éstas son tradicionales e importantes dentro de la vida cotidiana del antigüeño "En la Antigua, las campanas repican todos los días, recordándonos que esta forma de comunicación aún está viva en la que fue la capital colonial" Nos dice que las campanas repican más de cien veces en menos de cinco minutos. Y en ocasiones especiales o fechas propias de la iglesia tienen toques particulares. Llamando a estos toques repiques.
La campana más antigua de la región de la Antigua Guatemala data de 1681 en la iglesia de Santo Tomás Milpas Altas, aún continúa en uso. No se tiene el nombre de su fundidor.

La campana más pesada de la ciudad colonial, se dice que es la volteadora de la iglesia La Merced con un peso de 800 libras. Se distingue porque tiene esculpida una cruz, fue fundida en 1935.

La mayoría de las campanas en Antigua Guatemala tienen adornos específicos como cruces y ángeles. Algunas continúan en uso, pero otras ya terminaron su vida útil. Han quedado como piezas de exhibiciones. Como la que descansa y puede visitarse en la antigua universidad San Carlos de Guatemala, ahora museo de arte colonial. La cual data de 1845. Esta campana tiene una cruz formada por 13 cuadros, cada cuadro tiene en el centro una flor de cuatro pétalos.

Algo suena en la torre del Reformador
La torre del Reformador en  la ciudad de Guatemala tiene su propia campana. Fue donada por el gobierno de Bélgica la cual se hacia sonar para el cumpleaños del general Justo Rufino Barrios. Su natalicio se conmemoraba todos los 19 de julio.

Aquel que toca las campanas
En la mayoría de iglesias existe un campanero, quien se encarga de repicar con las campanas, generalmente es el sacristán. Teniendo en cuenta que existen distintos toques es un oficio en el cual se especializan. En algunos lugares del altiplano guatemalteco los encargados de esta labor son los miembros de la cofradía. En este caso se les llama Semaneros. Un integrante de la agrupación se queda durante una semana en el templo para tocar las campanas y encargarse de los oficios internos.

Las campanas se tocan en los siguientes horarios:
5 de la mañana/12 del medio día/6 de la tarde /8 de la noche.
El horario marca la cantidad de veces que se deben tocar.  Estas horas están relacionadas con la oración del ángelus.

Mucho ruido, pocas campanas
En algún momento durante 1802 un parroquiano molesto se queja por la forma indiscriminada de repicar de parte de las iglesias en Guatemala y envía su queja al Papa. Declarando que el "reparable desorden y abuso que hay en el toque de las campanas" hecho por "muchachos y personas de la Pleve, que hazen juguetes de las campanas; ya procurando imitar sones profanos", le provoca molestias. Por ello el Arzobispo de la Habana regula el repicar y doblar de las campanas. Se prohibía la tocar las campanas indiscriminadamente durante el día y la noche. Además regulaba cómo debían tocarse las campanas. Entre sus regulaciones estaba que ninguna iglesia podía tocar sus campanas antes que la catedral, entre otras medidas Los documentos que dan fe de este conflicto se encuentran en el Archivo General de Centroamérica en la ciudad de Guatemala.

Sonoras leyendas
Dentro de la tradición oral guatemalteca se habla mucho de milagros atribuidos a las campanas. En San Juan Chamelco, Alta Verapaz, existió un personaje importante llamado Juan Matalbatz, quien se perdió con una campana dentro del un cerro. La leyenda cuenta que cuando se realizó la represa Chixoy atravesaron con un túnel el cerro de la campana. Sin embargo la máquina que realizaba ese trabajo se quedó atrapada dentro del cerro, porque se dice que el cerro de la campana tiene hambre de metal.

Las campanas de hoy

En la actualidad se pueden conseguir campanas haciendo un recorrido por el Centro Histórico de la ciudad de Guatemala. Los tamaños pueden variar al gusto del cliente. Éstas se utilizan para distintos propósitos, pero principalmente para iglesias o adornos en fincas. Son bastante buscadas. Sus precios varían entre mil y 50 mil quetzales. El material utilizado sigue siendo el bronce. Generalmente las importan de Alemania.

En la ciudad, algunas iglesias optaron por ya no usar las campanas. Ahora utilizan una bocina emitiendo grabaciones de campanas.

Las voces de la ciudad las emiten aquellas vigilantes de bronce que poco a poco desaparecen entre una jungla de bocinazos y ruido citadino. Sin embargo, en las montañas del altiplano o en las campiñas orientales los feligreses acuden al canto de las campanas. Ese eco del tiempo que no se pierde aún.

Datos curiosos
Se dice que la presencia de una mujer en un campanario atrae a la mala suerte y que puede romper alguna campana
Encampanado: Persona que está muy enamorado o distraído con algo.
Campana volteadora. Se le llama así porque se le da vueltas para tocarse.
Antes de la escala Richter para determinar la severidad del los temblores relacionando su intensidad con las el sonido que las campanas hacían durante el sismo.
El inglés Francis Hering, en su obra “Reglas, instrucciones o advertencias para épocas de contagio pestilencial”, aconsejaba: Que las campanas de las ciudades suenen con frecuencia: con ello el aire se purifica.
Inglaterra se vio arrasada por la Peste Negra. Y tocaban las campanas cada cierto tiempo porque se creía que de esa manera se iba el mal.
A la hora de tocar las campanas en un entierro se aleja el alma del difunto.
En algunas poblaciones se tocan las campanas para alejar las tormentas.

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