
Hace algunos días Gustavo Adolfo Montenegro me hizo una entrevista para Prensa Libre, y dentro de ella cita: “todas las semanas Ángel Elías sale de su paraíso a grabar el programa radio” ciertamente hubo algo que me llamó la atención. Definió a mi terruño como paraíso.
¿Qué es el paraíso? ¿Un lugar? ¿Un estado? Todos tenemos ese lugar donde nos refugiamos. Algunos más materiales que otros. Para otros ese paraíso esta supeditado a la imaginación para otros, en mi caso, es un lugar material.
El paraíso es el lugar donde nos pertenecemos, donde nos sentimos seguros. Algunos tenemos la suerte de nacer es ese lugar. Ya lo llevamos impreso. Algunos se dan a la tarea de buscarlo. El paraíso lo encontramos y lo perdemos.
Para mí el paraíso es más que eso. Es el conjunto de sentires que te apegan a algo. Que te hace pertenecer a él. Los colores, los sabores, los sonidos. Entonces ese paraíso personal es todo lo que deseamos.
Ese oasis donde el refugio personal es más que ello. Es donde los anhelos son todo eso y más. A este paraíso se le han dado distintos nombres: Tierra de la Gran Cuestona, La de la línea Amarilla, el Pueblito, Sanmarprinfield y recientemente La Montañita. Pero más allá del nombre, más allá de la ubicación es importante recordar por qué lo es. Es el lugar donde se siente bien. El paraíso se puede llevar de manera interna, se puede materializar en un lugar, pero a la larga es ese punto donde uno logra el equilibrio. Donde uno se siente acompañado, donde se sale a la calle y se siente entre sus coterráneos, donde el aire que se respira es más fresco después de cada lluvia y por las mañanas. Donde al regresar de cada viaje se puede caminar sin prisa a la casa, visitando a los amigos.
El paraíso a la larga se lleva dentro, en la seguridad que dan los recuerdos que no se pueden arrebatar. Y estimado lector ¿Cuál es su paraíso?

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El paraíso está:
Invitado está para conocer San Martin Jilotepeque, Chimaltenango. Ubicado a 70 km de la ciudad capital de Guatemala. Aquí a la tierra del Zompopo (caviar guatemalteco y sanmartineco por excelencia), La Cusha, el Ojo de Agua, fortaleza kaqchikel Chwa Nima Ab’âj (Mixco Viejo), el cerro del Reformador, los Rosarios de Tusa, El Suban-ik y El pico de gallo.
Ángel Elías


Comentarios
Saludos...
Los saludos seguramente llegaran un abrazo de retorno...
no te equivocas y tienes buena memoria, jejeje son esas patoaventuras memorables que a la larga o la corta, (Que corta no tiene nada esa pendiente) se quedan bien grabadas
Ahhh... es cierto está pendiente ese viaje. Esa será una mejor aventura
jejeje
un abrazo fraterno
La evolución nos alcanza, y aún añoro mi viejo Ojo de Agua...
esperemos llegue otra oportunidad para visitar