
El sábado pasado, me asaltaron en una de las calles de la zona 10 de ciudad de Guatemala. Para ser sincero dudo que el revólver estuviera cargada, sin embargo no quise averiguarlo. Eso, sí quisieron golpearme. Yo traté de negociarlo, pero no tenía con qué hacerlo. Solo me quitaron el celular. Puedo decir que tuve la fortuna, si me hubieran pedido la billetera a lo mejor sí estuviera golpeado. Realmente no llevaba más allá del celular y un libro en la mano. Estos tipos tengo entendido operan de la siguiente manera, en un carro corinto, un sedán atrapan a peatones incautos y un tanto distraídos, así como yo y los encañonan. Así que lo único que puedo decir a quienes transitan por las calles de la ciudad de Guatemala, principalmente por las calles entre el Géminis Mall y Oakland mall, es que tengan precaución. Creo que estaba en el lugar equivocado, a la hora errónea.
El motivo de la historia, no es quejarme, ni victimizarme. Porque en realidad no me considero víctima, simplemente pasó. Si no una reflexión. En Guatemala, las cosas son curiosas. En el asalto me robaron el celular, trataron de golpearme, me intimidaron, sacaron un arma, únicamente por un celular viejo y mancillado. Pero, nunca se fijaron en el libro que llevaba. ¿En este país no se roban los libros? La invisibilidad por la cultura se da a todas esferas, desde ladrones de poca monta hasta funcionarios públicos. ¿Es que acaso no se puede vender un libro en el mercado negro? ¿No hay consumidores de libros entre este tipo de gente? Y no con ello digo que me debieron quitar el libro, porque a la larga, hubiese sido una gran pérdida. Si no que el ninguneo por este país por ellos.
Básicamente no se llevaron el libro que estaba visible en mi mano, porque no les importaba, les era estorbo, solo querían móviles. Porque la cultura en este país es un estorbo. Nadie puede negar que esto a la larga hace que este país sea gobernado por trogloditas, asaltantes e iletrados.
Creo que voy a llenar mi casa de libros para espantar a los ladrones, una fórmula planteada por Raúl de la Horra, porque en este país no se roban libros. Noticia para todos los quienes invierten en libros, se puede andar en las calles de Guatemala presumiendo libros, sin que sean asaltados, es más, será un excelente repelente de asaltos.
Del asalto salí ileso. Un tanto perturbado y agradecido de que no se llevaron el libro. Convencido un tanto que en Guatemala las cosas no cambiarán, no se visibiliza nubes de cambio.
La cultura en Guatemala, se invisibilidad poco a poco. Nadie se interesa en ella. Los pocos que lo hacen tienen grandes obstáculos. ¿Hacer cultura en Guatemala es imposible?
Los ladrones no se llevaron el libro, “Un Viejo que Leía Novelas de Amor”, de Luis Sepúlveda. Bolívar sobrevive a las inclemencias de la selva peruana, ahora sobrevivió al salvajismo guatemalteco. Pareciera que en Guatemala los libros no son ni dignos de ser robados. Este libro ha pasado una de las peores pruebas. Aunque, en este país tiene un reto más difícil, que poco ha logrado superar, que alguien lo tome y lo lea. Prueba complicadísima, ¿no lo cree?
Ángel Elías
El motivo de la historia, no es quejarme, ni victimizarme. Porque en realidad no me considero víctima, simplemente pasó. Si no una reflexión. En Guatemala, las cosas son curiosas. En el asalto me robaron el celular, trataron de golpearme, me intimidaron, sacaron un arma, únicamente por un celular viejo y mancillado. Pero, nunca se fijaron en el libro que llevaba. ¿En este país no se roban los libros? La invisibilidad por la cultura se da a todas esferas, desde ladrones de poca monta hasta funcionarios públicos. ¿Es que acaso no se puede vender un libro en el mercado negro? ¿No hay consumidores de libros entre este tipo de gente? Y no con ello digo que me debieron quitar el libro, porque a la larga, hubiese sido una gran pérdida. Si no que el ninguneo por este país por ellos.
Básicamente no se llevaron el libro que estaba visible en mi mano, porque no les importaba, les era estorbo, solo querían móviles. Porque la cultura en este país es un estorbo. Nadie puede negar que esto a la larga hace que este país sea gobernado por trogloditas, asaltantes e iletrados.
Creo que voy a llenar mi casa de libros para espantar a los ladrones, una fórmula planteada por Raúl de la Horra, porque en este país no se roban libros. Noticia para todos los quienes invierten en libros, se puede andar en las calles de Guatemala presumiendo libros, sin que sean asaltados, es más, será un excelente repelente de asaltos.
Del asalto salí ileso. Un tanto perturbado y agradecido de que no se llevaron el libro. Convencido un tanto que en Guatemala las cosas no cambiarán, no se visibiliza nubes de cambio.
La cultura en Guatemala, se invisibilidad poco a poco. Nadie se interesa en ella. Los pocos que lo hacen tienen grandes obstáculos. ¿Hacer cultura en Guatemala es imposible?
Los ladrones no se llevaron el libro, “Un Viejo que Leía Novelas de Amor”, de Luis Sepúlveda. Bolívar sobrevive a las inclemencias de la selva peruana, ahora sobrevivió al salvajismo guatemalteco. Pareciera que en Guatemala los libros no son ni dignos de ser robados. Este libro ha pasado una de las peores pruebas. Aunque, en este país tiene un reto más difícil, que poco ha logrado superar, que alguien lo tome y lo lea. Prueba complicadísima, ¿no lo cree?
Ángel Elías
Comentarios
Menos mal que no te paso nada. Gracias por contarlo.
Un abrazo.
Así es. En este país hay ladrones para todo, aunque la cultura no se roba, se hereda.
No me pasó nada. Gracias por todo. un abrazo de vuelta.
libro al viento tu hermosa lectura.
hay angel y libro para rato...
Que mal! Si se hubieran llevado tu libro hubiera sido una seña para identificarlos pero es claro que los ladrones no leen novelas de amor ni de ninguna clase, aunque tampoco los políticos ni los policias ni muchos especímenes más...
Que bueno que estés bien y que de todo eso haya salido tan interesante reflexión
Saludos!
En todo caso, siempre hay que tener cuidado.
jejeje, nadie lee nada de nada... y es un mal generalizado.
un saludo cordial