Ir al contenido principal

¿En realidad qué te mueve en este mundo?


¿En realidad qué te mueve en este mundo? ¿Qué te hace feliz? ¿Qué te hace sonreír? ¿Qué es lo que te atrapa la alegría? En realidad esas preguntas pocas veces nos las contestamos y pocas veces nos la planteamos. La felicidad pude estar en un regalo muy pequeño, muy guardado. Esa felicidad pude estar muy en nuestro centro universal. Pero las causas muchas veces de la infelicidad las logramos atrapar más fácilmente. ¿Qué existe en nuestro interior que hace que las cosas malas se vuelquen en un abanico de incertidumbres? Las respuestas pude que sean sencillas o complejas. Puede que sean fáciles o pude que sean inútiles. A la larga las consecuencias son las mismas. Aunque uno trate de evitarlo. Cuando esperamos lo peor recibimos algo más que eso.

¿Podemos lastimar sin querer? Una paradoja que en realidad no tiene sentido, aparente. Pero los actos demuestran lo contrario, que sí, que podemos herir, sin siquiera saberlo. Que podemos lastimar sin siquiera sospecharlo.

Al final, a las cuentas de la vida, ésta se encarga de cobrarnos la factura. Con o sin razón. Siempre con intereses acumulados. Con millas de más. Porque se supone que el hombre es un ser malo, que con el tiempo termina civilizándose, un ser salvaje, instintivo. Que aprende normas sociales para vivir tranquilo. Luego con el tiempo nos damos cuenta que seguimos siendo esa especie casi salvaje, que no pude convivir en paz. Que teme socialmente ser feliz. ¿Qué es la felicidad entonces? Tal vez alcanzar el pleno, la meseta de la tranquilidad, donde se pueda mantener. Lo demás es silencio, diría Monterroso.

Con el tiempo, con los años somos ese resto de personajes que fuimos en el pasado. Que quisimos ser y no pudimos. Con todo y nuestros amores malogrados, trabajos mal pagados. Somos esa consecuencia de nuestros actos ¿Se nos deben condonar al final de cuentas? Eso creo que no es una tarea nuestra. O tal vez sí, permitirnos perdonarlos la incapacidad de ser felices. Perdonarnos el simple hecho de no darnos la oportunidad de amar. Creo que al final de cuentas debemos aprender a perdonarnos por no saber vivir. Por no querer un poco a este cuerpo y esta alma un tanto malgastada.

Lo demás, ese silencio que queda después de todo es lo que no se puede aprender a llevar. Un silencio donde antes hubo de todo. Entonces llega el vacío, llegan los por qué. Nosotros a la larga somos esa consecuencia que no queremos aceptar. Somos el desamparo de nuestras culpas. Unas culpas que nadie más llevará. Pero en realidad necesitamos que alguien las escuche o las exculpe.

¿En realidad qué te mueve en este mundo? Fue la pregunta inicial. Creo que todo y ahora nada. Como esa forma de venganza karmica un tanto irónica. Tan irónica que pareciera que no se merece. ¿En realidad a este mundo se viene a sufrir? No lo creo. Creo que nosotros mismos nos complicamos la vida. Porque así lo queremos. Hoy me la complico yo. Con todo y sus consecuencias.

Amigo lector, estas letras destilan tristeza e incertidumbre. Estas palabras están cargadas melancolía, confusión y un poco de desespero. Amigo lector, espero usted me comprenda.

Ángel Elías

Comentarios

Unknown dijo…
Hola Angel. Pues sólo puedo desearte que la tristeza y la desilusión pase, y pronto, un abrazo.
Angel Elías dijo…
la naturaleza del ser humano es siempre similiar. dicen los simpson que de los desamores sale la mejor literatura. creo que lo dijo homero simpson

gracias un abrazo de vuelta

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...