
A dos años de la primera autoentrevista. Angel viene y en la celebración del los 5 años del blog, Antología del Desengaño, lo intenta de nuevo. A continuación el segundo vuelo.
Dos años… ¿Qué ha sucedido desde entonces?
Cambios muy bruscos. Elementales. Desde el punto de vista literario, en estas últimas semanas pareciera que escribo menos y leo más. Otras veces pareciera que ya ni siquiera la lectura me reconforta. Pero caigo una vez más en la tentación.
¿Ahora le exaspera leer?
No específicamente. Estoy en una especie de laguna, en un bache donde ya no quiero escribir, solo leer. Lo veo como una gran tentación.
Pero a pesar de ello mantiene tres blogs… La Antología del Desengaño, Metrópolis Contemporánea y Los Secretos…
Y es cansado. Desgastante. Por un lado mantener tres canales de comunicación a veces parece loco. ¿Quién me lee? ¿Quién me escucha? Los pocos o los muchos que lo hacen son los que hacen que los proyectos sigan. Sin embargo lo tengo como esos hijos de los cuales no nos podemos desprender. Pero a la laguna a la que me refiero es la de letras, de palabras para explicar el mundo.
¿Eso quiere decir que no está escribiendo? ¿Se le acabaron las palabras?
Eso quiere decir que estoy leyendo, esa parte de escribir que llena. La lectura constante, como acompañante, como la forma ideal de concebir el mundo, de recrearlo.
Cinco años de Antología, ¿Cómo la definiría?
Como muchos años. Cinco años de decir lo indecible. Me he dado cuenta que acá digo cosas que de otra manera no diría. Y es que soy un tipo así, silencioso, medio pasmado, y reservado. Contrario a lo que pueda parecer. Pero pese a ello la Antología del Desengaño se ha cargado con todo mi resentimiento y amor.
¿Resentimiento y amor?
Sí. El desespero por un país que no cambia y el amor que por sus calles me encuentro. Son esos encuentros fugaces y que hace vivible este mundo. Y es lo que a la larga reconforta, el equilibrio. Un poco de desengaño para no parecer obsceno riéndose cuando se está enamorado. O un poco de amor cuando todo el paisaje se ve con un negro que te hace bajar la vista.
¿Ha estado enamorado estos últimos dos años?
Durante los últimos dos años escribí bastante. Hice arte en todas sus manifestaciones. Eso solo se logra bajo ciertos estados hipnóticos, provocados por Eros. El último año fue determinante en ello. Fue toda la fuerza reservada para hacer arte, para crear y por supuesto tratar de que las cosas salieran bien. Dos poemarios, una canción y textos en prosa lo prueban. Puedo decir que he querido con intensidad.
¿Y desengañado?
Todos vivimos en un desengaño continuo. Nos caemos de la cama y despertamos. Creo que es una constante en la vida. En el amor y los negocios. Es esa parte que no podemos evitar. Nos desengañamos de los otros y los otros de desengañan de nosotros.
¿Desengaña desde su blog?
Mmmm… espero que sí. Que se desengañen los lectores y puedan comprender que el mundo puede ser una antología donde se recogen los desengaños que no deben ser precisamente malos. Pero sí necesarios.
¿Por qué le tememos a los desengaños?
Le tememos a vernos vulnerables. Expuestos a que lo que creímos no fue tan real como pensamos. Tememos lastimarnos. Preferimos cerrar los ojos y pensar que nada está pasando. Pero el desengaño llega. Es inevitable. Ahora bien, ese desengaño puede ser tomado como una forma para salir de esa mentira o hundirnos más en esa fantasía. Todo dependerá. Pero como humanos que somos, a veces preferimos seguir engañándonos. Y el desengaño entonces tarda más en llegar
Y al final de cuentas llega
Por supuesto… llega, nos inunda y nos aplasta. De allí salen entonces la poesía. De toda esa dantesca escena, de los escombros sale la poesía. Lastimera, pero sale.
¿Su poesía sale entonces de los escombros?
Sale cuando tiene que salir. No precisamente en los peores momentos. No puedo escribir cuando estoy emocionalmente afectado. Escribo cuando la tormenta pasa y sé entonces cómo ha quedado el panorama.
¿Desolado?
Puede que sí. Pero también con la expectativa de que las cosas se solucionarán. Todo continúa, por muy mal que esté. Es una ley natural. Nada se detiene, de lo contrario muere. El problema son los que se quedan en el camino. A veces uno no quisiera dejarlo.
Siempre los dejamos. Sin que lo sintamos. Somos viajeros que no podemos detenernos. Y lo hacemos solo por un rato. Dejamos y nos dejan. Es una constante. Puede que más adelante se suba más gente. O la misma. Pero todo puede ser.
A todo esto ¿Qué es la literatura en el blog?
Un lenguaje cifrado. ¿Cómo se siente Angel Elías? Todo está en un par de líneas. Escritas en la madrugada de lluvia, en la tarde de sol o en la mañana nublada. La literatura ocupa el sitio de honor. Aunque realmente no todo se puede considerar como tal. Y sería demasiado presuntuoso presentar todo el blog como literatura. Simplemente construcciones, a veces pegadas con chicles y palabras.
¿Su blog no es literario?
Eso solo lo puede decir quien lo lee. Y muchos dudan todavía en leerlo.
¿Qué hay en el blog que no haya en otro?
El ciberespacio es demasiado grande como para decir que este es un espacio único. En la defensa de él, es que acá se encuentra un amigo, que escribe así como se siente, sin tapaduras ni correcciones… a veces sin siquiera criterio para publicar jeje.
De hace dos años… ¿Qué pasó con los planes? ¿Se cumplieron?
Desde hace dos años surgieron dos proyectos nuevos. Metrópolis Contemporánea y los secretos. El primero como un lugar de entrevistas en la web y el otro como un lugar para la poesía que nunca tuvo cabida acá, en la Antología del Desengaño. Creo que se cumplieron con algunas expectativas. Nuestros colaboradores ahora se mantienen en sus propios proyectos pero definitivamente marcaron el lugar donde escribieron.
¿Triste, contento?
No se puede definir el sentimiento con una variable. Ahora, la felicidad radica en buscarla. Me encuentro todavía con vida y eso, en este país, ya es ganancia.
Comentarios
Un abrazo.
Gracias por la visita... y por ser un lector fiel... un abrazo fraterno...
"¿Haz prometido algo?
Mmmm, talvez... Sí, anarquía..."
Si, he prometido anarquía...
Un abrazo Engler