
Mensajes Divinos
¿A usted no le ha llegando uno de esos correos cadena? No lo creo tan afortunado. Los correos cadena son esos e-mail que llegan hasta los buzones y que lo envían personas que uno a veces ni conoce.
Se trata de mensajes que anuncian desde el fin del mundo hasta mensajes de despedida medio suicidas. Donde el arma principal es la amenaza. Comienzan con un inocente relato que le sucedió a no sé qué rey de África o de Oceanía. Quien al igual que yo, se deshizo de ese correo y se le murió medio reino y que ahora vive en la vil lipidia.
O de esos correos que ofrecen el milagro más grande de la historia de los correos electrónicos gracias al dios Internet. Recientemente recibí uno que me envió mi ángel de la guarda, que quién sabe como consiguió acceso a tal tecnología y lo más importante, con qué dinero. Bueno, mi ángel de la guarda me escribía para recordarme que existe, y que una prueba de ello, es que debía enviar ese correo a 5 amigos. Entonces le pregunté: ¿para qué? Él me responde en el mensaje: para “el milagro”. Seguí con la interrogante: si es mi ángel guardián, entonces mis amigos también son sus amigos, y si él tiene correo electrónico para escribirme por qué no se lo envía a ellos y nos evitamos tanto embrollo. A menos que yo esté peleado con ese angelito desde hace tiempo y él desconozca de mis amistades. Pero, -¿cuál es el milagro? -Pregunte intrigado.
Responde que al hacer este acto de bondad, él haría que una persona a quien yo extraño mucho me llamara a las once de la noche. Y este sería la “prueba-milagro” de su existencia.
Pero ¿yo, a quién podría extrañar tanto como para creer tan absurda propuesta?
Realmente mi ángel de la guarda no me envió este correo sino un conocido. Allí fue donde se cayó mi esperanza por recuperar a un ser querido.
Realmente, a veces necesitamos creer en algo tan fervientemente que nos aferramos a propuestas tan ridículas como esta. Con la tonta idea de saber si en realidad pasará. Estamos en tal asfixia que cualquier espejito en la oscuridad nos parece la salvación.
Pero usted talvez al igual que el correo argumentará: -¿Qué pierde con probar? –sabe amigo lector, se pierde la dignidad.
Lo peor es que multiplicará esa cadena de falsas esperanzas, y de desilusión, que aunque usted no lo crea, sí hay gente que cree en estas cosas. Y aunque usted lo haga con la mayor inocencia del caso, la otra puede tomarlo como un mensaje divino y seguir multiplicando tal red.
Los correos cadena, muchas veces, no en todas, una sarta de mentiras. Como que Bill Gates regala 100 dólares a todos los que usen su navegador y que corran la voz con diez personas más y qué él rastreará su correo y su dirección para enviarle en agradecimiento sus cien dolarotes.
Quienes realizan este tipo de correos, se siente amos y señores de la teoría del rumor. Hacer correr una noticia o un correo y se lamen los bigotes viendo cómo caen tantos ingenuos.
El correo electrónico es una forma de comunicarse de una manera rápida y económica, y no todos los correos son basura, algunos llaman a la solidaridad o para una buena causa, el secreto es tener un buen juicio.
La fin de cuentas, cada quien tiene derecho a creer lo que le parezca. Lo que ya no me gusta es que crean que yo también manejo ese tipo de creencias. Pero amigos son amigos y es mejor decir: -sí vos ya mandé todos los correos. Antes que mi ángel de la guarda me envíe otro correo recordándome lo mala onda que soy.
Pero quedan preguntas al aire, ¿Por qué a cinco personas se le deben enviar estos correos? ¿Por qué esa persona extrañada me llamaría las once de la noche y no a una hora más tétrica como la media noche? ¿Qué pasaría si no contesto la llamada? ¿Morirá algún ser querido? ¿Y si con el sueño tan pesado que tengo no escucho el timbrar del teléfono? ¿Me llamará por cobrar? ¿La llamada, se la cobrarán a mi ángel guardián?
Incógnitas... entresijos.
Angel Elìas
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