Es bien sabido que “el Humor es cuando alguien se ríe a pesar de todo”
Algo que muy pocas personas logran desarrollar a plenitud. Kundera decía algo así en su novela La Risa y el Olvido: la risa más graciosa es la que da risa. Según él, en la risa hay un poco de malicia, una dosis de maldad. Quién de nosotros no se ríe sin malicia. Tenemos algo oculto en el fondo que nos causa esa necesidad de reír.
No con ello, quiso decir que el reír sea malo, sino que no se le toma tan en serio su origen como se debiera.
El sentido del humor, es la capacidad de hacer reía a la gente, sin aparente razón, y es un don. Algo que no todos podemos hacer. Hacer reír, es esa labor quijotesca de cambiar esta realidad deprimente por un arco iris de colores brillantes. Es volcar la mirada y ver el mundo de cabeza, sentir que esa así es como debería estar.
La risa como expresión máxima del humor es imposible separarla de tan noble ejercicio. Además demuestra la nobleza del espíritu y la confianza, quién de nosotros no se siente más confiado frente a la expresa sonrisa de una recepcionista en nuestro primer día de trabajo.
Regresando a Kundera, decía más o menos esto: la risa era exclusiva del demonio, y los ángeles carecía de ésta porque tenía su dosis de malicia, un día ellos decidieron imitarlos y sólo lograron sacar sonidos guturales y muy rudimentarios. Era la risa que daba risa.
Kundera, nos hace reflexionar sobre la función de la risa y sobre su bipolaridad. El bien y el mal representados, inocentemente, en un acto, no menos inocente.
Un acto muy ligado al buen sentido del humor.
Por alguna extraña razón, algunas personas no podemos bromear. No, porque no tengamos la chispa, si no porque carecemos de la expresividad para tal cosa.
Me han dicho que tengo un sentido del humor agrio y poco convincente. Realizo bromas que me las toman por reales. Puedo decir que nos invaden los extraterrestres, para robarnos Coca Colas y así conquistar el universo, que se lo toman en serio.
Aunque, ahora ya muchos no toman en serio todo lo que digo, pero es un proceso largo y penoso para saber diferenciar mis bromas de la verdad.
Por ello, mi época de comediante ha sido un fiasco, un intento absurdo por hacer reía a sillas. Es claro que no todos nacimos para hacer reír. Y ese es mi caso.
La risa, es hermosa, sobre todo, si es sincera y cálida. Es horrible, si su insinceridad desborda los labios del interlocutor. No hay nada más bello que la desinhibida sonrisa de un bebé.
Humor (del latín humor, ‘humedad’), en sentido estricto, es la capacidad de soportar serenamente las adversidades y extraer de ellas componentes alegres
Desde siempre, el humor ha sido un elemento presente en todas las artes, en especial en la literatura. La necesidad de entretenerse de forma humorística se ha manifestado, probablemente, en todas las épocas de la humanidad. Se puede distinguir entre el llamado humor puro o inocente y sus “parientes maliciosos”, como la sátira, la parodia, la ironía o el sarcasmo.
Así que a reír compadres que la fiesta acaba de empezar. Pueden dejar en los comentarios sus chistes y aquí les va el primero:
Angel Elías, tuvo un encuentro con Dios, no porque tuviera algún don especial o fuera un elegido, sino porque simplemente se lo topó en el bus, y se sentó a la par de él. Angel Elías como es un poco hablador, le saca conversación para no aburrirse en el camino. Es allí donde Dios le confiesa su identidad. Angel Elías, con ese olfato periodístico que tiene le pregunta sobre temas específicos:
Angel pregunta –Dios, es cierto que tú todo lo puedes. –Dios responde –Así es hijo, yo todo lo puedo. Insiste –Dios, para ti qué es un billón de dólares. –Responde –Mmmm... Como un centavo, hijo.
-Y para ti qué es un millón de años.
-Mmmm... como un segundo, hijo.
Entonces –inquiere Angel Elías –puedes darme ahora un billón de dólares –Si hijo, te los puedo dar, sólo espérame un segundo...
Angel Elías
Algo que muy pocas personas logran desarrollar a plenitud. Kundera decía algo así en su novela La Risa y el Olvido: la risa más graciosa es la que da risa. Según él, en la risa hay un poco de malicia, una dosis de maldad. Quién de nosotros no se ríe sin malicia. Tenemos algo oculto en el fondo que nos causa esa necesidad de reír.
No con ello, quiso decir que el reír sea malo, sino que no se le toma tan en serio su origen como se debiera.
El sentido del humor, es la capacidad de hacer reía a la gente, sin aparente razón, y es un don. Algo que no todos podemos hacer. Hacer reír, es esa labor quijotesca de cambiar esta realidad deprimente por un arco iris de colores brillantes. Es volcar la mirada y ver el mundo de cabeza, sentir que esa así es como debería estar.
La risa como expresión máxima del humor es imposible separarla de tan noble ejercicio. Además demuestra la nobleza del espíritu y la confianza, quién de nosotros no se siente más confiado frente a la expresa sonrisa de una recepcionista en nuestro primer día de trabajo.
Regresando a Kundera, decía más o menos esto: la risa era exclusiva del demonio, y los ángeles carecía de ésta porque tenía su dosis de malicia, un día ellos decidieron imitarlos y sólo lograron sacar sonidos guturales y muy rudimentarios. Era la risa que daba risa.
Kundera, nos hace reflexionar sobre la función de la risa y sobre su bipolaridad. El bien y el mal representados, inocentemente, en un acto, no menos inocente.
Un acto muy ligado al buen sentido del humor.
Por alguna extraña razón, algunas personas no podemos bromear. No, porque no tengamos la chispa, si no porque carecemos de la expresividad para tal cosa.
Me han dicho que tengo un sentido del humor agrio y poco convincente. Realizo bromas que me las toman por reales. Puedo decir que nos invaden los extraterrestres, para robarnos Coca Colas y así conquistar el universo, que se lo toman en serio.
Aunque, ahora ya muchos no toman en serio todo lo que digo, pero es un proceso largo y penoso para saber diferenciar mis bromas de la verdad.
Por ello, mi época de comediante ha sido un fiasco, un intento absurdo por hacer reía a sillas. Es claro que no todos nacimos para hacer reír. Y ese es mi caso.
La risa, es hermosa, sobre todo, si es sincera y cálida. Es horrible, si su insinceridad desborda los labios del interlocutor. No hay nada más bello que la desinhibida sonrisa de un bebé.
Humor (del latín humor, ‘humedad’), en sentido estricto, es la capacidad de soportar serenamente las adversidades y extraer de ellas componentes alegres
Desde siempre, el humor ha sido un elemento presente en todas las artes, en especial en la literatura. La necesidad de entretenerse de forma humorística se ha manifestado, probablemente, en todas las épocas de la humanidad. Se puede distinguir entre el llamado humor puro o inocente y sus “parientes maliciosos”, como la sátira, la parodia, la ironía o el sarcasmo.
Así que a reír compadres que la fiesta acaba de empezar. Pueden dejar en los comentarios sus chistes y aquí les va el primero:
Angel Elías, tuvo un encuentro con Dios, no porque tuviera algún don especial o fuera un elegido, sino porque simplemente se lo topó en el bus, y se sentó a la par de él. Angel Elías como es un poco hablador, le saca conversación para no aburrirse en el camino. Es allí donde Dios le confiesa su identidad. Angel Elías, con ese olfato periodístico que tiene le pregunta sobre temas específicos:
Angel pregunta –Dios, es cierto que tú todo lo puedes. –Dios responde –Así es hijo, yo todo lo puedo. Insiste –Dios, para ti qué es un billón de dólares. –Responde –Mmmm... Como un centavo, hijo.
-Y para ti qué es un millón de años.
-Mmmm... como un segundo, hijo.
Entonces –inquiere Angel Elías –puedes darme ahora un billón de dólares –Si hijo, te los puedo dar, sólo espérame un segundo...
Angel Elías
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