La coyuntura nacional y la resistencia del pueblo guatemalteco invita a hacer unas reflexiones sobre el tema durante la invasión española, especialmente la hecha por el pueblo Kaqchikel (la misma de Chimaltenango) ante los españoles. A todo esto, en estos meses se comenzarán los 500 años de la llegada de los españoles a estas tierras. Cuando el 13 de noviembre de 1523, Alvarado fue enviado por Cortés a una expedición a lo que ahora conocemos como Guatemala. Contrario a lo que cuenta la historia oficial, que luego de la llegada de Pedro de Alvardo a Guatemala todo fue fácil, cosa que no fue así ya que hay una larga historia de resistencia contra la opresión de esos primeros explotadores, de los cuales la oligarquía local se siente descendiente. Ya se sabe que su arribo fue en febrero de 1524, las batallas contra el ejército K’iche’ y luego su encuentro con los Kaqchikeles de Chi Iximche’, en lo que ahora se conoce Tecpán Guatemala, en Chimaltenango marca la historia de Guatemala
Dios tiene tripas, de Laura Sofía Rivero es el libro ganador del Premio Nacional de Ensayo Joven José Luis Martínez 2020 y que se entrega en México. La colección Tierra adentro, del Fondo de Cultura Económica publica este particular encuentro con todas las circunstancias que giran alrededor de los desechos humanos. Este escrito viaja entre lo gracioso y lo que ocultamos como humanidad, nuestros desechos, en otras palabras, las excreciones. Pero no se alarme querido lector, este libro no tiene nada malo, al contrario, es una reflexión sobre lo que callamos al momento de ir al sanitario. Dios tiene tripas comienza con una frase del escritor Milan Kundera, que titula a los ensayos: “Una de dos: o el hombre fue creado a semejanza de Dios y entonces Dios tiene tripas, o Dios no tiene tripas y entonces el hombre no se le parece”, frase que encontramos en su novela La insoportable levedad del ser y claro, qué más insoportable que no poder ir al baño en una emergencia o en todo caso, qué nos