Ir al contenido principal

Encuentro Inesperados.

En algunos días, en algunos momentos y algunas personas te hacen recordar lo perecedero. Sucede que la distancia no es más que excusas banales ante lo que no podemos resolver. Y en todo caso ante lo que no deseamos resolver.
Pero en otras circunstancias, esos momentos o esos días o esas personas aparecen para aclararte el día. Puede que se aparezca en el bus o en la entrada del centro comercial. Entonces sabes que allí estuvo siempre. Que nunca te ha abandonado. Que de alguna manera reaparece para recordarte lo importante de existir.
Hace un par de días, encontré algo remotamente perdido. Recordé que no hay nada como esa amistad que te devuelve las ganas de vida. Que no tiene ni idea que con una sonrisa te devuelve la enormidad del universo.
Y es que salir de ese tumulto de gente dentro de un centro comercial, es asfixiante. Allí, en ese centro ególatra y de ventas de sueños a pagos, encontré a una vieja amiga. De esas que uno extrañamente desea ver a la salida de cualquier lugar. Pareciera que uno las llama con la mente.
Y ella estaba allí. Después de un largo tiempo. Tan campante y lozana como la recuerdo. Es recordar lo que compartimos, ese tipo de amistad inquebrantable y bellamente duradera.
Talvez esa lozanía y su jovialidad me hacía encontrar en ella a una amiga inigualable. Eso desde hace ya bastante tiempo. Ahora, las cosas han cambiado y me recuerda lo frágil de uno como individuo en el destino del otro. A veces se es alguien y al día siguiente poco más allá del recuerdo. Y eso no es necesariamente malo, es algo destinado. De cierta manera es lo que debemos afrontar, que en la mente de muchos seremos solo el recuerdo apacible de un pasado nostálgico. Un proceso irremediable e impostergable.
Y allí estaba ella, como hace años, pero distinta. Estaba completa, tan completa que me fue irreconocible. Pero que a pesar de ello, me llena de alegría volverla a ver. Tan alegre y tan entera como cuando la conocí.
Todo el resto de la tarde estuve feliz y sonriendo por ella.

****
A Iris…
Hay un vacío muy difícil de llenar. Y que cada vez se hace más grande. Se siente que las orillas de desmoronan poco a poco, sin que nada pueda remediarlo. Y la huella se hace más grande. La pérdida de varios seres queridos en un laso de tiempo corto hace que nos preguntemos ¿Por qué nos abandonas?
Hasta ahora nos damos cuenta que cada retozo de Iris, que cada picardía de su juguetona voz, es lo que daba un rumbo distinto a la vida.

****
Hoy descubrí como es encontrar un diamante a medio mar. Que es escuchar en medio de la desesperanza el canto de una sirena. Descubrí un mar de satisfacciones escondido para los ojos de simples mortales. Iris ha aparecido, con sorpresas e incertidumbres, pero la veo herida. Es claro que las alegrías no son completas, sino son consecuencia de la urgencia de respuestas. En este caso, mi alegría se basa en la satisfacción por sentirla mía en algún momento. Y eso es maravilloso.

Angel Elías.

Comentarios

Pirata Cojo dijo…
Bien por el destino, habrá que ponerle una vela, ¿Habrá santo para las afortunadas casualidades?
Perdón por la ausencia, pero ya vine vos.
Anónimo dijo…
Saludos Pirata ya tenía tiempo de no saber de vos.
Sobre la Vela se la ofrecí a ella y me dijo que no era necesario. Los santos, son aquellos que se aparece más humanos de lo que nos imaginamos.
un saludote en la distancia

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...