Llega diciembre con sus cohetillos y su olor ponche caliente. Por alguna razón no me gustan estos primeros días. Tienen un frío congelante, al cual no estoy acostumbrado. La gente se pone un poco pastosa con eso de los regalos y las celebraciones. Todos piensan en convivios y fiestas, como si la vida se les fuera a acabar.
Hay un ambiente distinto, un poco triste pero maquilladamente festivo. Sus días son muy azules y sus cielos demasiado despejados. Dándole una inmensidad que asusta. Esto sucede con los primeros días de este mes que no me es de mi total agrado. Luego, con el paso de los días como que esa espiral de emociones me absorbe y termino regalando abrazos a cualquiera.
Hay un ambiente distinto, un poco triste pero maquilladamente festivo. Sus días son muy azules y sus cielos demasiado despejados. Dándole una inmensidad que asusta. Esto sucede con los primeros días de este mes que no me es de mi total agrado. Luego, con el paso de los días como que esa espiral de emociones me absorbe y termino regalando abrazos a cualquiera.
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Este mes no quiero pelear con nadie. Simplemente lo quiero vivir. No importa si el país se va al despeñadero, como siempre, porque estoy feliz, o por lo menos quiero estarlo. Puede pasar cualquier cosa. Pueden los diputados, recetarse un aumento e indemnización, que pasará desapercibido para mí. La gasolina puede elevarse y el petróleo llegar a 100 dólares que no me importará.
Pueden prohibir los silbadores y canchinflines otra vez, que no los escuchare, de todos modos. O amenazar los transportistas con paro para subir el pasaje. Puede llamar Chávez a una consulta popular que no le pondré coco. Mucho menos al resultado.
Simplemente las cosas suceden sin que yo intervenga. Y eso me hace feliz.
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Un amigo está escribiendo un blog dedicado a su musa. Experimento que le durará poco, porque ella se va hasta el otro lado del atlántico dentro de pocos días. Me he dedicado a leerlo y tiene poco que ofrecer, pero sí despierta la curiosidad por su ninfa. Lo empezó hace pocas semanas. Me pidió la opinión y quedé en dársela. Me envía sus post antes de publicarlos aunque hasta ahora no ha publicado alguno. Espero que ya lo haya hecho.
Es loable querer dedicar el blog a alguien, espero que el amigo pueda mantener el ritmo. Aunque con el tiempo veo que se volverá un blog poético. Sin embargo ¿quién lee ahora poesía?
Les dejo la dirección de Pan
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¡¡¡Epa!!! Llegaron las fiestas, como que no quiere la cosa el año se acaba y con él, nos deja a Santa, buscando paqueo en los techos, de tanto carro que hay en la capirucha.
Ángel Elías
Comentarios
A veces, no queda otro remedio que abstraerse para ser feliz.
Saludos.
que bueno esta el libro... bueno cidate mucho y un abrazote...
B.Estela
Sirve la poesía, claro que sirve, no te lo contradigo, de todos modos este mes no peleo con nada.
Blanquita:
Me alegra que estes leyendo al faisan herido, por alli anda el pirata que gusta de perz de anton.
Asi es la vida de imposible, y lo interesante que ya parece desconocido.