Ir al contenido principal

Y luego, la Resaca…



Seguimos en el aniversario. Y la resaca está presente. Pero es una resaca inofensiva, de aquellas que llegan después de un exceso de alivio. Le toma una especie de taquicardia y luego estalla una energía que invade el lugar donde uno se encuentra. En este caso el blog.


El aniversario continúa, y las propuestas para publicación ya se encuentran por salir. Blogueros, y no tan blogueros escribieron historias relacionadas con el tema “tres años en tres minutos”. Lo cual me llena de orgullo presentarlos aquí, son personajes que en esa cabalgadura se empeñan en hacer de la literatura su modo de vida. Son en su esencia la mejor cara de nuestro lacerado país. Sonriamos la literatura puede salvarnos la vida, y uno que otro recuerdo



****
Las publicaciones denominadas como “Tres años en tres minutos” aparecerán a partir de esta semana. Y serán todos los miércoles. Mientras duren existencias.


****
Este momento del aniversario es importante. Es ese diluir de nuevas ideas formadas solo por el ingenio de nuevas mentes, de esas nuevas voces que de alguna manera viene a enriquecer el blog y esa es la intensión, crear un espacio lo suficientemente grande como para que quepan todas nuestras ideas.


****
El pino está revuelto, la marimba de descanso, los patojos dormidos en las bancas del fondo. Una radio suena al fondo con música norteña. Hay platos y hojas de tamal por todo el lugar, tres compadres brindando y uno más con la cara entre el pino amontonado frente a la puerta de salida. Entre los adornos se encuentran coronas de hojas de pino hechas por un desocupado, mientras todos bailaban y reían después de tres tragos y cinco boquitas.


La noche está avanzada, uno de los padrinos le ha pagado a la marimba otra hora para el pachagón siga. Otro de los invitados ha entrado con un par de botellas, chicharrones que ha conseguido en una casa con una bombilla roja en la puerta. Total es sábado.


Más al fondo una pareja de jóvenes se toman tímidamente de las manos. Se la pasaron bailando esa noche. Él logró llevársela cerca de donde se mantienen las sillas apiladas, para que luego terminen platicando en la calle, bajo la luz del poste, sentados en la acera.


Uno de los tíos ya sacaron un par de colados con unas cuantas miradas y el amague del arma en la cintura. No sin antes los intrusos hubieran bailado con unas invitadas y convidado de tamales con café caliente.


A esa hora todavía hay invitados sin comer, los organizadores se apresuran a sacar los tamales. Frente al fogón cada tamal sale con todo y humo de pino seco. Rápidamente aquel tamal sale y cae a un plato, luego con un cuchillo es intervenido, con habilidad cirujana, dejado al aire su masa blanca y roja con un corazón de carne de pollo, cerdo o res, según la suerte del comensal.


En la pista de baile, los únicos que bailan son dos focos que ayudaron a que ese patio no fuese tan oscuro. Alrededor hay sillas tiradas, platos escondidos tras macetas, tazas volteadas, retazos de adorno de papel crepé tirados entre los rosales.


La música del estéreo cesa y la gente parece despertar de un letargo. Aquella marimba que pareciera dormida poco a poco vuelve a la vida. Y suenan sus costillitas maderosas como queriendo saber si todavía puede hablar, si su disfonía era solo momentánea. Pic, pac, pic, pic, pic, pac, pec. Instantáneamente, como que esperara salir desde hace tiempo, suena Lágrimas de Thelma. Y la fiesta vuelve a tomar forma.


¡Salud!!


Ángel Elías

Comentarios

Ala vos ingrato, me hiciste viajar a mi Totonicapán en un ratito, supongo que todos los pueblos del altiplano son casi iguales, pero el pino de mi Toto huele diferente...
Angel Elías dijo…
Claro huele a pinabete, que rico!!!
pues casi todos los pueblos tienen ese carisma de sabor, de ruralidad que tanto gusta.

un abrazo walter.

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...