YDÍGORAS
Cuando cayó Ubico, Miguel Ydígoras Fuentes ya era general e ingeniero topógrafo; había sido jefe político en San Marcos donde actuó con ferocidad ubiquista y fue embajador en Colombia e Inglaterra y agregado militar en Washington. Abanderado del cachurequismo fue contrincante de Arbenz por la presidencia; derrotado, se unió a la invasión mercenaria de la CIA-Castillo Armas donde pretendió ser el jefe expedicionario.
Al borrar y contar de nuevo, proliferaron partiditos con dueño, pero impuso una ley electoral donde si su partido ganaba, ganaba y si perdía también ganaba. Con esta ley efectuó un grosero fraude electoral que tuvo la virtud de unir todo el pelaje político desembocando en las insurrecciones de Marzo-Abril del 62. Para sofocar este movimiento asesinaron a civiles indefensos e hirieron a decenas; centenares pararon en la cárcel; exilió a líderes políticos y por último nombró un gabinete chafarote, antecedente del militarismo estatal posterior.
Además de saltar cuerda, iba con él un enano jorobado que le daba suerte, misteriosos consejos y le adivinaba los sueños. Así, en un enánico desatino puso a su prima como ministro de educación: la Maciste le decían; marimacho famosa, de pelo corto, patillas, traje entero con corbata que apenas disimulaban sus tetotas e ignorancia; rodeada de hermosas mujeres tomó posesión del cargo, al tiempo que estallaban huelgas magisteriales y estudiantiles. Así se confirmó que la educación no desvela ni al Estado, ni a los poderes fácticos.
Tal era el relajo político-social y la “corrompición” que un 31 de marzo de 1963 un tanque derribó la puerta de la Casa Crema apresaron a Ydígoras y su mujer y en pijama los metieron en un avión para el exilio.
Esto y más, sucedió hace 50 años. Y uno siente que en algo seguimos igual, en la mayoría peor y en casi nada mejor. Como sino hubiera pasado agua bajo los puentes.
Por. Guillermo Paz Cárcamo
Cuando cayó Ubico, Miguel Ydígoras Fuentes ya era general e ingeniero topógrafo; había sido jefe político en San Marcos donde actuó con ferocidad ubiquista y fue embajador en Colombia e Inglaterra y agregado militar en Washington. Abanderado del cachurequismo fue contrincante de Arbenz por la presidencia; derrotado, se unió a la invasión mercenaria de la CIA-Castillo Armas donde pretendió ser el jefe expedicionario.
“El Caudillo” se apoderó de la presidencia e Ydígoras quedó en la sombra, pero cuando los compinches de Castillo Armas lo asesinaron, la incertidumbre cundió y se terminó llamando a unas elecciones donde Ydígoras volvió a ser candidato. Para quedarse los liberacionistas hicieron fraude y entonces Ydígoras protestó plantándose las tardes frente al Palacio mientras una multitud, de gentes y ciclistas insurreccionados, daban vueltas y vueltas al parque, respaldándolo. Con ese desborde, los fraudulentos tuvieron que hacer nuevas elecciones.
En esta ronda el General ofreció: aplicar la ley con mano de acero inoxidable, una gallina en el puchero de cada chapín, política de borrón y cuenta nueva, industrialización, rescatar Belice y otras minucias. Saltó cuerda en la TV para demostrar que con 63 años no estaba tan viejo como decían y que haría lo que decía. Ganó las elecciones y tomó posesión el 2 de marzo de 1958.
Al rato la gente empezó a ver que tenía manos picaras y no de acero inoxidable, porque el General pinchaba cuanto negocio había y si no había, lo inventaba. Inventó ponerle al guaro y bebidas tapas que se rompían al abrir el envase en lugar de las tapas con sello de papel del Estado; un negocio multimillonario que dio a su yerno, un inglés flemático más pícaro que el suegro. Truqueo las Fincas del Estado por propiedades de inferior valor o deudas inventadas con sus amigos íntimos -ej. Juan Mini- . Esta rapacería Ydigoriana del patrimonio estatal, con el tiempo se sofisticó como lo apreciamos ahora.
La gallina no llegó a todos lo pucheros, pero con Moreira, un cubano gusano, montó un enorme negocio de crianza, destace, mercadeo y restaurantes de pollos y huevos. Así empezó el Mercomún que posesionó una industria de ensamblaje-desgravada de sello norteamericano para Centroamérica. Esto fue un negociaso para pocos y explotación de cientos de miles. Es la base del remedo de industria que tenemos hoy
Belice lo platicó con EU y estos le ofrecieron mediar para su devolución a cambio de implantar, en el país, una base clandestina para invadir Cuba. Aceptó la mentira y en la finca de su amigo Roberto Alejos construyeron pista para bombardeos y cazas, bodegas y cuadras para 2 mil mercenarios. Feliz, obvió a oficiales dignos que se levantaron en armas el 13 de nov del 60 reclamando honestidad y expulsión de los mercenarios. Ydígoras montó la “operación látigo” y con los mercenarios cubanos bombardeo las fuerzas nacionales que fueron descoyuntadas luego de dos días combate. Aquí se inicia la guerrilla y la independencia de Belice.
En esta ronda el General ofreció: aplicar la ley con mano de acero inoxidable, una gallina en el puchero de cada chapín, política de borrón y cuenta nueva, industrialización, rescatar Belice y otras minucias. Saltó cuerda en la TV para demostrar que con 63 años no estaba tan viejo como decían y que haría lo que decía. Ganó las elecciones y tomó posesión el 2 de marzo de 1958.
Al rato la gente empezó a ver que tenía manos picaras y no de acero inoxidable, porque el General pinchaba cuanto negocio había y si no había, lo inventaba. Inventó ponerle al guaro y bebidas tapas que se rompían al abrir el envase en lugar de las tapas con sello de papel del Estado; un negocio multimillonario que dio a su yerno, un inglés flemático más pícaro que el suegro. Truqueo las Fincas del Estado por propiedades de inferior valor o deudas inventadas con sus amigos íntimos -ej. Juan Mini- . Esta rapacería Ydigoriana del patrimonio estatal, con el tiempo se sofisticó como lo apreciamos ahora.
La gallina no llegó a todos lo pucheros, pero con Moreira, un cubano gusano, montó un enorme negocio de crianza, destace, mercadeo y restaurantes de pollos y huevos. Así empezó el Mercomún que posesionó una industria de ensamblaje-desgravada de sello norteamericano para Centroamérica. Esto fue un negociaso para pocos y explotación de cientos de miles. Es la base del remedo de industria que tenemos hoy
Belice lo platicó con EU y estos le ofrecieron mediar para su devolución a cambio de implantar, en el país, una base clandestina para invadir Cuba. Aceptó la mentira y en la finca de su amigo Roberto Alejos construyeron pista para bombardeos y cazas, bodegas y cuadras para 2 mil mercenarios. Feliz, obvió a oficiales dignos que se levantaron en armas el 13 de nov del 60 reclamando honestidad y expulsión de los mercenarios. Ydígoras montó la “operación látigo” y con los mercenarios cubanos bombardeo las fuerzas nacionales que fueron descoyuntadas luego de dos días combate. Aquí se inicia la guerrilla y la independencia de Belice.
Al borrar y contar de nuevo, proliferaron partiditos con dueño, pero impuso una ley electoral donde si su partido ganaba, ganaba y si perdía también ganaba. Con esta ley efectuó un grosero fraude electoral que tuvo la virtud de unir todo el pelaje político desembocando en las insurrecciones de Marzo-Abril del 62. Para sofocar este movimiento asesinaron a civiles indefensos e hirieron a decenas; centenares pararon en la cárcel; exilió a líderes políticos y por último nombró un gabinete chafarote, antecedente del militarismo estatal posterior.
Además de saltar cuerda, iba con él un enano jorobado que le daba suerte, misteriosos consejos y le adivinaba los sueños. Así, en un enánico desatino puso a su prima como ministro de educación: la Maciste le decían; marimacho famosa, de pelo corto, patillas, traje entero con corbata que apenas disimulaban sus tetotas e ignorancia; rodeada de hermosas mujeres tomó posesión del cargo, al tiempo que estallaban huelgas magisteriales y estudiantiles. Así se confirmó que la educación no desvela ni al Estado, ni a los poderes fácticos.
Tal era el relajo político-social y la “corrompición” que un 31 de marzo de 1963 un tanque derribó la puerta de la Casa Crema apresaron a Ydígoras y su mujer y en pijama los metieron en un avión para el exilio.
Esto y más, sucedió hace 50 años. Y uno siente que en algo seguimos igual, en la mayoría peor y en casi nada mejor. Como sino hubiera pasado agua bajo los puentes.
Comentarios
Es terrible, y con todo ello se dice que somos felices, pero en nuestra infelicidad.
gracias por las colaboraciones Guille...
un saludo