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Picuegallo XVII


Refugio.

Ese silencio es necesario. Muy necesario. Pero en realidad es una ausencia de sonidos un tanto rara. Obligada. Al estar en pausa esta semana, pude retomar algunos libros, mientras muchos se zambullían en una piscina, yo como todo buen ermitaño, me refugié en un par de lecturas.

La primera parte de la semana, la lectura me llevo por uno de los mejores poetas de Guatemala, Anclado en esta tierra, es el título del libro de Manuel José Arce, que tuve entre mis manos. Una antología con una poca de su poesía, su diario de escribiente (Prosa) y el gato que murió de histeria (teatro). Hace a pincelazos de la gran obra de este prolífico autor. Recomendable para corazones heridos, por cualquier motivo. Y por supuesto, después de cortarse las venas con la poesía, a reírse de la vida con el diario del escribiente y para verle la cara a la injusticia del mundo con El gato murió de histeria. (Los poetas también podemos ganar)


El segundo Libro: Fechas Inciertas de Luis Eduardo Rivera, acercarse a la prosa de Rivera nos recuerda que cada evocación puede volverse un pasaje para escudriñar lo que somos. Relatos breves a modos de ensayos o ¿Ensayos a modo de relatos breves? No estoy muy seguro, pero de lo que sí estoy seguro es que es una lectura amena y muy gratificante. Este tipo de lecturas se leen de un solo tiro, y se repasan lentamente. Ciertamente Rivera es uno de los escritores representativos de la época, y que de alguna manera con sus letras vienen y refrescan con su intimidad a una literatura local actual, que es demasiado exhibicionista.

¿Cuál es el miedo de nuestros miedos? Luis Eduardo Rivera, con Fechas Inciertas hace que la vida y su existencia ya no sean tan inciertas. Y en definitiva un libro para no perderse.

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Tercer Libro: El Libro de los Amores Ridículos, un libro que hace enfrascarse en el mundo de Kundera. Milan Kundera, escritor checo radicado en Francia, hace a través de este libro liberar hipótesis sobre las relaciones sentimentales que a todos nos atormentan. Con sus relatos, refleja seres humanos imperfectos pero que buscan de alguna manera la forma de pasar la vida. La lectura de este libro nos contiene un humor negro y una acidez en la forma de narrarlo que hace que los lectores se maten de la risa al verse reflejados allí. Aunque en realidad este libro no es la casa de la risa. Es un llamado a filosófico de cómo nos navegamos en nuestra vida sentimental, y relaciones de pareja. En lo personal, La manzana dorada del eterno deseo, es uno de mis cuentos favoritos. La facilidad y la hilaridad de los relatos hacen de ésta, una lectura recomendable, mucho más cuando las explicaciones más cuerdas en lo que hacemos fracasan.

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A todo ello la lectura, es el pasaje para la interioridad del autor, para colocarse los lentes de su vida. ¿Comprar un libro es una pérdida de dinero? Si no lo lee, sí.

Ángel Elías

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