Ir al contenido principal

A propósito del Día del Libro


En el día internacional del libro, creo que debemos recordar algunas de las lecturas que me marcaron para dedicarme al noble oficio de lector. Una de mis primeras lecturas, por pura casualidad fueron los libros de la universidad de un tío. Sin saber leer me dejé llevar por la aventura que supone varios tomos de biología para ingenieros agrónomos. Con todo y definiciones de plantas, árboles, ganado y aquello que alguna vez consideré excitante. Realmente su librera era grande y selecta. Eso por supuesto, si uno gusta saber sobre la alimentación y procreación de las vacas, además del control de plagas.


A la edad de 4 años, sin saber leer, puede ser fascinante. Recuerdo que según los dibujos que veía y las fotografías con las cuales iba recreando lo que imaginación quería, aunque mi imaginación no era muy fructífera por lo menos me entretenía. A los años entré a la escuela y aprendí mis primeras letras, con ellas la lectura del periódico y sus tiras cómicas eran las obligatorias. Entre ellas recuerdo muy bien las de Henry, un niño sin cabello que nunca hablaba, pero que con sus actos era suficiente para entenderle. Beto, el Recluta, Popeye, entre otros no menos graciosos.


Mis primeros libros leídos de los cuales ya no tengo ni idea dónde quedaron, eran los libros de la colección barco de vapor. Que al paso del tiempo fueron desplazados por libros de ciencias naturales y de tecnología. Esto probablemente recordando mis primeros acercamientos con las lecturas iniciales. El primer libro fue una pequeña novela llamada: El Maravilloso Viaje de Nils Holgersson, de quien no recuerdo su autoría. Lo que si recuerdo es que era de una escritora sueca.


De allí parte mi afición de los libros, alimentada por madre quien de alguna manera me inculcó el hábito de la lectura desde pequeño cuando me inventaba cuentos antes de dormirme. Que a decir verdad, ella tiene una habilidad increíble para recrear historias, además de una habilidad escondida por dibujarlas. Recuerdo en aquellos pasajes vagos de mi memoria, cuando se sentaba junto a mí para contarme historias, que después ella dibujaba.


Ahora que lo pienso, en estos días, cuando el Día del Libro se acerca, las amplias posibilidades que se abren con un libro. Las grandes posibilidades que se ocultan dentro de sus páginas. Y sobre la infelicidad que puede albergar éste. ¿Cómo está eso? Dirá estimado lector de blogs, fácil. Cuando uno abre un libro se quita la venda de los ojos, y se ve el mundo tal y como es, con todo y verrugas. ¿Necesario? Eso podríamos argumentar. Pero no es del todo cierto. ¿Cuánta gente no vive contenta sin haber leído un libro? Y nosotros nos rasgamos las vestiduras porque en el mundo hay menos lectores, o porque los jóvenes no leen. ¿Eso hace de ellos personas infelices? No lo creo. Eso tal vez nos hace infelices a nosotros; que no podríamos ser los mismos, por ejemplo, sin un poema de Pessoa. Pero hay miles de personas que no saben siquiera quien ese tipo. O en todo caso sin haber leído un solo verso en su vida y no por ello son personas amargadas. Es más, creo que hasta pueden ser más felices que nosotros.


En el día internacional del libro, que nosotros los lectores celebramos con ahínco, invitemos a más personas a leer. Y si no lo desean, pues invítenlos a pesar de ello. Pueda haya un libro para los no lectores.


*****

A propósito, con unos amigos celebraremos el día Internacional del Libro, además inauguraremos un Taller-Círculo de poesía para todos interesados en ese hábito de escribir. Estaremos para esa tarde conversando: los escritores, Marco Antonio “El bolo” Flores, Emilio Solano, Eduardo Villalobos, Juan Carlos Lemus, Gloria Hernández y su servilleta, en una maratónica conversación.


La actividad es el próximo Sábado 25 de abril de 2009, en la librería del Fondo de Cultura Económica de Guatemala desde las 15.00 hrs. La dirección de la librería es: 6ta avenida 8-65 Zona 9, de la ciudad capital. La entrada es libre, por allá espero verlos.


Ángel Elías

Comentarios

Abril dijo…
Ah que delicia tener en las manos un buen libro, el otro dia recordaba que mi mejor amigo me dijo: vaya llevate ese libro pero cuando lo termines de leer me lo regresas.... han pasado 10 a;os, y todavia no termino de leerlo.

Saludos.
Angel Elías dijo…
Abril: asi suele suceder, yo comparto los libros, pero los veo partir, como se deja ir a un hijo.

cuando vuelven, es porque los busco o los arrebato. y eso lo saben bien quienes han sufrido mis histerias.

jjajajajaja

Abril Binvenida

Entradas más populares de este blog

APOCALYPTO.

Mi buen amigo Guillermo, escribió un artículo interesantísimo. Le Concedo el espacio ya que es un excelente material. ¡¡¡Que lo Disfruten!!! Mel Gibson’s montó una película cuya argumentación es una pura y simple extrapolación de algunos pocos hechos históricos de una sociedad que el cineasta llama Maya, pero que en realidad no corresponde, ni por las escenarios arquitectónicos, ni por el vestuario, ni la utilería, ni por las manifestaciones de la vida cotidiana de los pueblos mayas descritos por los cronistas españoles, sobre todo curas, a finales del siglo XVI. Y por otro lado, dada la tendencia de Gibson’s a magnificar lo sangriento, las bajas pasiones, con el fin de impactar a un público cinófilo ávido de violencia escénica, sediento de actos necrófilos, convierte el film en una desagradable y, a veces repulsiva, ficción del salvajismo de los humanos. La historia negra de l...

El clasismo chapín

"Una familia" Fernando Botero (1989) Tocando el tema del clasismo en el país, me di cuenta, que tanto como el racismo, esta es una práctica bastante generalizada, pero extrañamente permitida; al supuesto que “como lo ven, lo tratan”. Y es que el clasismo en Guatemala se ve como algo mucho más normal de lo que debería ser. Si se tiene carro, si se tiene buena ropa y aunque pareciera trivial es mucho más común de lo que se piensa. Cuántos de nosotros nos hemos topado con personas que gustan de ver a las demás de abajo hacia arriba o preguntarles sobre sus triunfos académicos, ingresos económicos o simplemente dejarse llevar por la apariencia y calificar por lo poco que ve. Guatemala es clasista, se deja llevar por la ropa y la primera impresión; el pensamiento dominante priva de lo que realmente vale. La persona como tal, no por lo que viste o cómo habla. Pero es fácil dejarse engañar y asumir que no se es clasista cuando se practican, aparent...

Mario Payeras y su latitud de la flor y el granizo

La latitud de la flor y el granizo,  del escritor guatemalteco Mario Payeras (Chimaltenango, Guatemala, 1945-1995), es una joya literaria que invita a reflexionar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta el planeta, el cambio climático. Este documento, que fue escrito en la década de 1980, hace un análisis sobre las consecuencias del impacto que el ser humano tiene en la Tierra. “Es urgente, en efecto, parar la obra de la sierra mecánica que en el silencio de la selva hace caer al cedro en flor”, explica el autor.   Con una prosa limpia y poética Payeras hace un llamado a cuidar la fauna y flora guatemalteca. Además explica  la influencia de la época industrial en la naturaleza. “Con la imaginación de poeta nos hace amar  Guatemala y con la rigurosidad de un científico explica todos los fenómenos sociales y naturales”, dice el prólogo.   El libro no solo es una llamada de alerta.  Sus páginas son un recorrido cultural y ecológico por el p...