
La famosa revista Life, tras 72 años de bregar por el mundo de la noticia, dejó de salir al público en forma impresa y ha terminado por colgar en la red, con Google, más de un millón de fotografías que durante décadas almacenó en sus archivos. Esta revista emblemática, señala el devenir de del periodismo y de los impresos noticiosos en papel.
En nuestro país también han desaparecido revistas y periódicos: Crónica, Crítica, El Imparcial, Gráfico, etc. aunque su defunción no se debió al avance de tecnologías ligadas a la cibernética, sino por razones económicas unas, otras políticas, o por el ahogamiento económico de siniestros intereses políticos.
El asunto es que desde hace un par de décadas, las formas de acceder a la información ha cambiado enormemente. Un ejemplo concreto, es la campaña de Obama que rompió los esquemas de propaganda e información al utilizar Internet y el celular masivamente. Con estas modernas herramientas, estructuró una red de millones de colaboradores, casi personalizados, que no solo contribuyeron económicamente a su campaña, sino además, se compenetraron del mensaje de tal manera que asistieron masivamente a votar, lo cual conllevó darle una paliza histórica al contrincante que siguió usando los medios tradicionales de comunicación.
En el mundo desarrollado -que en está materia marca la pauta- ha ocurrido que los lectores de periódicos y revistas han disminuido aceleradamente: por ejemplo, en EU, en 1960, un 80% de los gringos leían periódicos, hoy apenas lo hacen un 50%; y desde el comienzo de la explosión de Internet, en 1998, han perdido otro de 6% de lectores. Este fenómeno a dado lugar, no solo en los países desarrollados, sino en todos, a que los periódicos-papel se hayan visto obligados a abrir sitios en Internet para colocar su versión electrónica, porque es la manera de seguir ligando los lectores a la publicación y de paso a los valores que sustentan y defienden.
Este mismo espacio –Antología del Desengaño- es una muestra de los medios alternativos. Hay decenas de miles de blogs en el país y cientos de millones en el mundo que conforman una extensa red donde circula toda clase de información alternativa, es decir, información independiente de los pequeños grupos financieros que por medio de consorcios, monopolios u oligopolios controlan y manipulan los medios impresos, la televisión abierta y la radio “legal”.
La computadora e Internet han democratizado el acceso a la información, como también a la cultura. Hoy hay mil millones de compus en el mundo y cada minuto que pasa hay más. Sin embargo todavía hay un valladar que impide que grandes masas de personas con ingresos bajos tengan posibilidad de ejercer el derecho a la cultura e información: el precio de las computadoras, de los paquetes informáticos y la capacitación para su manejo.
Esta situación hizo pensar a un científico -Nicholas Negroponte- que había que buscar una solución. Fue así como nació el proyecto de darle a cada niño, sin recursos, una computadora. Al inicio la propuesta pareció una locura, pero al poco tiempo fue presentada al público una pequeña computadora portátil que se autoabastece de energía, tiene acceso ilimitado a Internet en cualquier parte y además se maneja con programas como LINUX.

Cada computadora vale cien dólares. Entonces, ¿cómo los niños pobres de las escuelas pueden tener una compu portátil? Un camino es que los gobiernos compren para donarlas como es el caso de Uruguay que compró medio millón o México que comprará un millón, o Argentina. Otro camino es el programa “compre una, done una” por doscientos dólares.
La cuestión es que dentro de una veintena de años, estos niños, como los jóvenes de hoy día de algunos estratos sociales, ya no verán el periódico-papel, leerán, aprenderán, estudiarán, informarán y divertirán por medio de la computadora e Internet.
Por supuesto, los periódicos-papel no desaparecerán, pero sin duda dejarán de tener la preponderancia que hoy día tienen y sobre todo dejarán de monopolizar la información y con ello los valores oligárquicos que propagan serán relativizados, así todos ganaremos en valores democráticos y buena cultura.
Guillermo Paz Cárcamo
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